A. Inurrieta*.- El pasado día 29 de noviembre, la Junta de Distrito de Salamanca reanudó su actividad política, por decir algo, con una asistencia algo superior a lo habitual. Se estrenaban como miembros de plano derecho los miembros de la Asociación de vecinos Goya Dalí, quienes a partir de ahora formarán parte del orden del día, al haber adquirido la condición de Asociación de utilidad pública.
El reencuentro con los representantes políticos de todos los partidos, incluyendo la novedad de UPyD, así como los vocales vecinos tuvo momentos de cierta felicidad, pues a pesar de todo, se percibe aprecio sincero hacia mi persona, unos más que otros, obviamente, siendo más sincero en las filas del PP.
El desarrollo del pleno vino a corroborar que las Juntas de Distrito han tocado fondo, pues no solo por la desidia del equipo de gobierno, y cierto tono grosero y mal educado, sino también por la reiterada insistencia en temas ya tratados o sin justificación por parte de la oposición, como el cambio de los horarios de los plenos. La insistencia en que es el horario lo que determina el grado de participación ciudadana, parece fuera de lugar, y así el PSOE perdió un cartucho que podría haber sido utilizado en aspectos más relevantes. Durante la legislatura pasada, los plenos fueron a las 7.30 de la tarde, y la asistencia fue incluso menor a la de este primer pleno. Esta iniciativa, llevada también por la Asociación de vecinos Goya Dalí, pone de nuevo en entredicho que se ha perdido la iniciativa en debatir aspectos mucho más relevantes y con sustancia que el Distrito presenta.
El otro gran aspecto que se debatió fue algo que ya se lleva trayendo a pleno durante los últimos años, como fue el cambio de nombre del Pasaje General Mola. Es cierto que la Ley de Memoria Histórica obliga al cambio de nombres franquistas, pero el problema al que se acoge el PP es la ausencia de reglamento de dicha ley, y también a la inacción de los gobiernos socialistas en Madrid, allá por los años 80, al margen de un dudoso aspecto de economía familiar. Es particularmente sangrante que, tras ocho años de gobierno socialista, el reglamento de esta ley no haya visto la luz, fruto de cierto miedo escénico a la Iglesia y a algunos poderes fácticos, lo que ha dejado muy frustrado a una buena parte de ciudadanos que esperaban un avance significativo en esta materia. En el campo del PP subyace un trasfondo de franquismo sociológico, muy latente entre su base electoral del distrito, lo que les hace ser muy beligerantes en este campo. Siendo esto un elemento legítimo, lo que no resultó gratificante fue el tono que empleó el vocal del PP, D. Antonio Escudero. En primer lugar, con un tono un tanto chulesco, ridiculizó el papel de la oposición en el distrito, recordando su bajo porcentaje de votos, algo que resulta muy poco elegante y con un cierto tic de alegoría sobre el partido único que empobrece el debate democrático. En segundo lugar, echó en cara a los miembros de la Asociación Goya Dalí su pertenencia a un partido político determinado, lo cual les invalidaría para participar en el pleno y que estarían vigilando y lo denunciarían. Este espectáculo fue realmente triste y muestra la parte más oscura de la política y el desprecio por el mero hecho de pensar diferente, aceptando la superioridad electoral del PP.
En conjunto, el Pleno de la Junta de Distrito arrancó una legislatura, con más de siete meses de retraso, que debería ser el de la definición definitiva del papel de las Juntas de Distrito. Tal vez si hay un cambio en la alcaldía, se podría divisar una modificación en la orientación de la política municipal tendente a descentralizar de verdad la actividad municipal. A esto habría que añadir un paso hacia delante en la participación ciudadana en las decisiones políticas y presupuestarias para que superemos la vacuidad de los debates actuales y especialmente terminar con el revanchismo político que hace insufrible asistir, por vocación como es mi caso, a un espectáculo como el que se vio el pasado día 29 de noviembre.
*Alejandro Inurrieta es ex concejal del Ayuntamiento de Madrid y miembro de la Asociación Puerta de Alcalá.
Miguel says:
Si en el primer pleno llevamos lo de la hora una asociación por su cuenta y nosotros, el grupo Socialista, sera por que cuando empieza un mandato es cuando hay que marcar el funcionamiento. Por cierto Alejandro hubiera sido mas util para los vecinos hablar de competencias de la CCAA, y que nos atacaran por la gestión del Gobierno Socialista como nos pasaba cuando tu eras Concejal.