Sin embargo, la Caja de Ahorros y Pensiones de Guipuzkoa y San Sebastián no hizo gala de su eslógan “Parte de ti” ante dos de sus clientes: una pareja a la que cuatro agentes de la Policía Nacional impidió la entrada a la sucursal bancaria por su puerta principal. Al conocer el llamamiento que la PAH había hecho a través de las redes sociales para acompañar a esta pareja, la Kutxa decidió evitar a toda costa que los afectados entraran en su sucursal. Pese a que la acción era claramente pacífica, hasta siete efectivos de la Policía Nacional se encontraban en la zona para interceptar cualquier acercamiento a la oficina. También, un furgón aparcado justo delante de la sucursal advertía de que no eran bienvenidos. La justificación que los policías dieron fue que “la oficina estaba cerrada”.
Pese a esta inexplicable acción de los nacionales, gracias a la información de un vecino, la pareja consiguió acceder al interior del local por una entrada lateral que no estaba custodiada. Una vez dentro, sólo Roberto pudo hablar personalmente con la directora de la sucursal que se negó a recibir el documento de negociación de la dación en pago y que, ante la entrega voluntaria de las llaves del domicilio de Roberto y Ester, no quiso firmar ningún justificante (por lo que la pareja decidió no dejarlas).
Las personas detrás del desahucio
Roberto y Ester tienen dos hijas y han tenido que buscar un piso en alquiler para no quedarse en la calle, ya que hoy, 20 de julio, es el día en el que se hace efectiva la orden de desahucio por impago de la deuda hipotecaria. El problema es que, aun quedándose sin su casa y teniendo que pagar el alquiler de otro lugar para vivir, siguen teniendo una deuda con el banco que no pueden asumir. Esta situación no podían imaginarla ninguno de los dos afectados cuando, en 2006, firmaron con la entidad bancaria un préstamo hipotecario por valor de 184.000€ para la compra de una vivienda en Valdemoro tasada en 230.000€ y para la que habían dado una entrada de 45.000€.
Durante tres años, los afectados hicieron frente a las letras de la hipoteca hasta que, en 2009, Roberto se quedó en el paro. Siendo el miembro de la familia que aportaba la única entrada de dinero, tuvo que decidir entre “pagar unas mensualidades inasumibles o mantener a la familia”. Cuando la pareja se dio cuenta de que no podían hacerse cargo de la deuda que tenían contraída con el banco en las condiciones en las que habían firmado la hipoteca en 2006, solicitaron a la Kutxa “un nuevo plan de pagos e incluso la dación en pago”, explicó Roberto. Pero el banco no atendió a sus peticiones e interpuso el procedimiento de ejecución hipotecaria “adjudicándose la vivienda familiar por el 50% de valor de tasación”, es decir, por 115.000€.
El futuro de la ILP sobre dación en pago
El caso de Roberto y Ester ocurrió en el mismo día en el que la Mesa del Congreso debía dictaminar si aceptaba la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) de la PAH sobre la dación en pago, y que abriría un período de recogida de firmas antes de su tramitación parlamentaria. Sin embargo, este tema no apareció entre los tratados en la jornada de ayer y tampoco se sabe cuándo se debatirá sobre el mismo.
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Fantasma de la Mascara says:
A ver si cuando vayan para la visita de el papa tambien se ponen a pegar palos
sun says:
qué pena me dan los bancos de verdad… pobre gente… y que yuyu me dan algunos polis!