Este sábado 20 de marzo de 2021 a las 12.30 horas la Asociación de Amigos de los Jardines del Buen Retiro celebrará el Día Internacional del Árbol que se celebra los 21 de marzo, plantando 12 olmos resistentes a la grafiosis junto al templete del Parque de Roma, muy afectado por la borrasca Filomena.
El olmo es uno de los mejores árboles de sombra, plantado tradicionalmente en las plazas de los pueblos (olmos conocidos como las “olmas”. Siempre ha sido considerado un árbol relacionado con el poder, y en la Edad Media se impartía justicia bajo su sombra. Los reyes aconsejaban plantarlo en las plazas de los pueblos y reunirse en torno a él.
El olmo da flores, e incluso frutos (sámaras), antes de que le salgan las hojas (ahora en primavera, está con flores y frutos.
Son capaces de transpirar (evapotranspiración) hasta 2.000 litros de agua al día, dando gran humedad y frescor al ambiente.
Los olmos son árboles de gran longevidad, con una vida media de 300 años, aunque se conocen casos de ejemplares que han llegado a vivir 700-800 años.
La grafiosis es una terrible enfermedad que mata sin misericordia a los olmos, obstruyendo sus vasos y hace que se sequen las hojas. Es un hongo (Ceratocystis ulmi) que es transportado por unos escarabajos llamados la galeruca (que pueden llegar a transportar hasta 100.000 esporas del hongo). Estos escarabajitos, en verano con las ventanas abiertas, a veces invaden nuestras viviendas.
Esta enfermedad prácticamente ha diezmado los ejemplares autóctonos de la Península ibérica y gran parte de Europa. En la década de 1980 murió gran parte de ellos: en Reino Unido, más de 30 millones. En España quedan menos del 10% de los que teníamos hace 50 años.
Desde 1986 por investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid, Escuela de Ingenieros de Montes, liderados por el catedrático Luis Gil, y promovido por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, han conseguido genotipos de Ulmus minor resistentes a la grafiosis.
Es uno de los árboles al que más se alude en la literatura y poesía occidental, la referencia más conocida para nosotros es el poema “A un olmo seco”, del poeta sevillano Antonio Machado:
«Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido”.