A. Valiente*.- Vivimos en un país con seis millones de parados, el partido que nos gobierna está presuntamente inmerso en una red de corrupción que no tiene precedentes, la Sanidad la quieren dejar en manos de empresas con ánimo de lucro, la enseñanza pública la están modificando sin el más mínimo consenso básico (el mismo al que no quisieron llegar cuando el ministro Gabilondo les convocó para ello)y los funcionarios se han convertido en el hazmerreír de los trabajadores asalariados. Y no pasa nada… ¿La gente se conforma?
En cualquier lugar del mundo, con esta situación, la ciudadanía habría obligado al Gobierno a dimitir. Y aquí, ¿no pasa nada?
Tras el 23-F hubo manifestaciones de tal envergadura que quedó inequívocamente demostrada la voluntad de los ciudadanos de seguir la vía democrática. Igualmente feroz fue la reacción en la calle al asesinato de Tomás y Valiente contra el sinsentido etarra. Y ahora, ¿estamos como anestesiados?
Con las distintas mareas, y la última de este sábado 23-F, parece verse un atisbo de participación ciudadana. Sin embargo, la media de edad no es la deseada. Demasiada mediana edad. No deberíamos olvidar que la participación ciudadana es uno de los pilares sobre los que se asienta la democracia y una de las bases fundamentales para que exista la transparencia en la gestión pública.
Los órganos de participación ciudadana en las Juntas Municipales son los Plenos y los Consejos Territoriales, cuyo objetivo es que los vecinos, junto con las Asociaciones de los Distritos, propongan, discutan, intervengan, controlen… En una palabra, que participen en la política municipal.
¡Qué bien suena: los vecinos participan en la política municipal! Esto no es cierto: no participan porque no saben de la existencia de estos órganos.
Estoy segura de que con la participación ciudadana ¡sí se puede! Aunque no me extraña que cueste tanto en algunos sitios. En el Distrito de Salamanca los Plenos, que son públicos y abiertos a la participación, se celebran a las dos de la tarde. ¡Con ese horario ni participas, ni comes, ni concilias!
* Ana Valiente es vocal vecina del PSOE en el Distrito de Salamanca.
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Y se celebra en un Centro Cultural abierto hasta mas alla de las nueve de la noche, pero hay que faltar al trabajo para poder participar
normalmente la gente no conoce estos cauces de participación
y quienes los conocen, confían en los vocales como si no os hiciera falta
el apoyo popular!
¡ánimo y a seguir trabajando!
Gracias. A toda la gente que participa en las distintas manifestaciones y concentraciones que se están realizando día tras día. Ojala que no nos cansemos de seguir saliendo a denunciar, protestar y participar en todo lo que consideremos condenable e indignante. De momento ¡la calle es nuestra!
Señora Valiente, sigo habitualmente sus artículos de opinión con interés y la mayoría de las veces estoy de acuerdo en que la hora de los plenos parecen puestos a mala leche para que no participe nadie. Pero solo con cambiar la hora no nos aseguraríamos la participación ciudadana, para eso sería necesario que los ciudadanos confiaran en los partidos, en las instituciones y sobre todo ( yo he participado a nivel individual en un pleno) que el concejal del distrito y sus vocales fuesen más respetuosos. El señor concejal hace y deshace a su antojo, pasándose por las entrepiernas la participación ciudadana, eso sí argumentando con ironía y sin dejar que su interlocutor responda ¿eso es democracia?
Son las mal entendidas mayorías absolutas.
Como siempre, atinado.
Visto desde la distancia, no sé si decir que consuela o indigna más el ver que en todas partes ocurre aproximadamente lo mismo.
Como usted sabe Ana, de vez en cuando el azar hace que tenga la ocasión de mantener una conversación con un político, y a todos les hago la misma pregunta:"¿Cuando fue la última vez que visitó un centro cívico de barrio fuera de campaña?" La respuesta es la misma independientemente del partido al que pertenezca: "Manzanas traigo". No quiero generalizar, pero para muchos de lo políticos el papel del ciudadano se limita a votarles cada cuatro años, y del resto ya se encargarán ellos que son los que creen que saben.
El 23F volvió a salir a la calle mucha gente.
Muchos nos íbamos y seguían llegando más. No sirve una foto fija para el cálculo.
Tampoco sirve que en las cadenas del régimen se nos acuse de navajeros, macarras, o de peligrosos antisistema. Ya se ocupa el régimen de ir encarcelando, multando y machacando a la gente que les dice las cosas claras.
Sirve el dato de que un país puede estar en la calle y los políticos pasan como de la mierda. Se recogen un millón de firmas de la plataforma de afectados por la hipoteca y por poco no son ni recibidas en el congreso (y una vez recibidas, se desprecian).
Queda mucho miedo, mucha ignorancia, mucha gente que no llega a la categoría de personas. Mucha gente que no sabe que la Bastilla fue tomada por apenas un puñado de personas.
En fin, seguiremos organizándonos. tendremos que volver a la clandestinidad, tan sólo porque desde la cúpula del país todo está corrupto y no tenemos políticos capaces de actos, sacrificios heroicos. Que envidia me dan algunos países sudamericanos.
Sí. Los únicos civilizados somos los ciudadanos de la calle. Da gusto leer los artículos de este periódico, sinceramente. A día de hoy hubiera querido hacer más de un comentario a varios, sin tiempo para ello. Así es que como para escaparse del trabajo e ir a una Junta Municipal..... y lo digo por lo otro.....Pero qué malos, malísimos y perversos son estos del PP proponiendo no tener sueldo los consejeros de la Junta de Castilla- La Mancha y otros políticos. Pero leches, es que se piensan que somos tontos?. Cómo van a comer y vivir y dedicarse al gobierno sin tener sueldo. Ah, claro! Es que la política es para ricos y al año que viene vamos arrodilladitos a darles además nuestro diezmo por ocuparse de la cuestión pública. ¡Es necesario salir de esta anestesia general ya!
Totalmente de acuerdo contigo. Seguimos hablando mucho y quejandonos constantemente y actuamos muy poco.
Si hay 6.000.000 de parados que hace que no están en la calle. Y los deshauciados y la Sanidad y la Educación y otros funcionario y los sindicatos. Cada manifestación debería concentrar a millones de personas.
Es la única forma para echar a este Gobierno.
Luis
Estoy de acuerdo, deberíamos de estar tod@s en las calles, pero aún predomina demasiado, y en mucha gente, el acomodamiento y el cristianismo, que impiden la rebelión (a causa del miedo y la sumisión). Pero ya hace tiempo que comenzó a moverse algo grande, la maravilla del 15M, y el continuo despertar de sectores sociales, que en mi opinión en el 23F se vio la unión entre todos (no sólo para defender unos intereses particulares concretos, sino en solidaridad y colaboración unos con otros).
El cambio ha de estar por un lado dentro de las instituciones, lo primero influyendo para que el funcionamiento de los plenos municipales, órgano de participación más cercano al ciudadano, sea democrático y no autoritario y dictatorial como es ahora, lo primero por supuesto el horario que nos imponen), y no queda otra, a la vez, que estar en las calles. Pero no podrá haber una verdadera revolución si no se genera un cambio en las personas, un desarrollo integral y un aumento de conciencia, para que en lugar de con parches, la salida a esta crisis mundial sea verdaderamente integral y democrática.