J. A. Plaza*.- Volviendo a casa, mientras paladeo con avidez las vigorosas palabras de D. Francisco Umbral tatuadas en plástico sobre la pared del vagón de metro para solaz de los usuarios, percibo la realidad a mi alrededor no como un medio de transporte colectivo, sino como un microcosmos en sí mismo.
Hombres, mujeres, autóctonos, inmigrantes, jóvenes, mayores, caucásicos, africanos, un asiático en aquel rincón, macarras, panolis, madridistas, atléticos, dos culés de las ramblas, un recitador de plegarias a Krishna y tres monjas; maravilloso mosaico de procedencias y filias que componen el Madrid de hoy y que se dan cita en nuestro centenario metro, creando un ecosistema que ya hubiese querido estudiar el añorado Félix Rodriguez de la Fuente.
Qué lejos aquellos tiempos en los que la primera línea de suburbano unía la Puerta del Sol y Cuatro Caminos, a perra gorda el viaje. Qué lejos la figura del rey Alfonso XIII inaugurando el servicio y qué cerca, sin embargo, los conceptos y las motivaciones. Porque el metro nació con vocación integradora, de reducir las distancias y acercar a la gente, exactamente como hoy.
Hoy la red de de Metro ha crecido hasta los 300 kilómetros de red, con 300 estaciones y 350 vestíbulos en 13 líneas. La mayor parte de los capitalinos tenemos una estación de metro a menos de 600 metros de nuestra vivienda, ya que ésta es la distancia que la compañía considera máxima para poder captar a los usuarios potenciales. Es el segundo metro de Europa y el séptimo del mundo por extensión de líneas (como contraste, hacer notar que Madrid es la 60ª ciudad del mundo por población).
En estos tiempos modernos además el metro acrisola otras dos virtudes más actuales que nunca: la sostenibilidad y la universalidad.
Sostenibilidad, porque el suburbano transporta todos los años más de 600 millones de viajeros, ahorrando a nuestras importaciones el lastre del petróleo que consumirían los coches de esos viajeros rulando por nuestra ciudad, ergo optimiza los recursos disponibles. Es sostenible porque, a pesar de su coste, que no es baladí y del cual los usuarios pagamos sólo una parte en el billete (del orden del 50%), socialmente produce muchas menos externalidades: ruido, humos, congestión, etc., que otros medios de transporte urbano. Hoy no podríamos concebir el paisaje de la metrópoli madrileña sin las estaciones que Don Antonio Palacios diseñó allá por los años 20 y 30; no tendríamos la misma libertad de movimientos ni de relacionarnos: libertad al fin y al cabo.
Universal lo es porque llega prácticamente a todo el orbe ciudadano: desde el Norte de Hospital del Norte hasta el profundo Sur de Arroyo Culebro, todos unidos por la línea de hierro. Y lo es, como reseñábamos al principio de este artículo, porque intenta llegar a todos los que viven en la ciudad, incluyendo las personas con discapacidades físicas.
Es encomiable el esfuerzo realizado por esta compañía en el desarrollo de políticas que permitan su uso a todo tipo de discapacitados, incluidos los sensoriales. Desde las barandillas con relieve en Braille para indicar los trayectos, a las losetas especiales en el suelo para que los invidentes puedan reconocer el borde del andén. Hoy, el metro de Madrid es el más accesible del mundo, con más de 1.600 tramos de escaleras mecánicas y más de 500 ascensores en 157 estaciones (se han multiplicado por cuatro en la última legislatura), que transportan todos los días la friolera de 300.000 pasajeros, algo así como la población de Alcalá de Henares (Nueva York, con 500 km de red tiene menos de 200 ascensores).
Cuestión, además, que no es gratuita en sentido monetario: además de la onerosa instalación, el elevado coste de mantenimiento de dicho parque de elevadores y escaleras, más la electricidad que consumen en conjunto no es un coste de gestión a despreciar. Y más aún todavía, en el III Plan de Acción para personas con discapacidad de la Comunidad de Madrid tanto metro como otras consejerías hemos seguido avanzando en nuevos sistemas y sobre todo en mejoras de los existentes para progresar en este campo. Solamente el año pasado Metro invirtió 10 millones en mejoras. Así, todas las nuevas estaciones que se construyan serán totalmente accesibles a las personas discapacitadas, mientras se sigue avanzando en la remodelación de las existentes, al ritmo que permiten los presupuestos actuales. Así debe ser, en Madrid como en Fuenteovejuna: usemos el metro, ¡todos a una!
*Jose Antonio Plaza Rivero es vocal vecino de la Junta Municipal de Salamanca y Jefe de Área en la Consejería de Transportes e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid.
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Ilustración: Patri Tezanos (Zonaretiro.com)
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Ver comentarios
Artículo muy interesante, cargado de información muy relevante. Tal vez se echa de menos un análisis sobre la rentabilidad de esos costes e inversiones tan importantes, en relación al uso específico que se hace de algunos de ellos. Puede que ciertos lujos no nos los podamos permitir.
Como se desprende del artículo de José Antonio, Madrid tiene uno de los mejores, más modernos y completos suburbanos del mundo. Algo que los madrileños no solemos apreciar en su justa medida. Por experiencia propia, he tenido que viajar en metro en otras ciudades europeas para apreciar la magnífica obra realizada en Madrid. Tal vez, como apunta "Carlos" en su comentario, sea hora de parar esas inversiones. Yo opino que, aunque ello pueda siginificar disminuir algo el "nivel" de nuestro metro, ahorrar en la partida presupuestaria dedicada al suburbano merece la pena. Quizá bajemos del "top 10" munidal en cuanto a calidad, pero si el ahorro es significativo, no me importaría estar en el "top 20·". Es suficiente para época de crisis...
Me gustan mucho tus tres primeros párrafos, justo hasta la ilustración. En ellos eres creativo, evocador y entretenido. Tienes gusto escribiendo.
El resto del artículo podría ser, en realidad, un incontestable alegato. Se me antoja que te estás dirigiendo a un jurado al que acorralas con cifras y datos, comparaciones con otros países y verdades como puños. Como abogado defensor no tendrías precio.
¿Mejorable? Por supuesto, todo lo es. Pero no apreciar la calidad del metro de Madrid, los esfuerzos de la compañía por eliminar barreras arquitectónicas, por estar a la vanguardia, sería imperdonable. Tenemos un gran metro, uno de los mejores del mundo. Y esto es una realidad objetiva.
Muy buen artículo, amigo.
Desde luego el metro de Madrid es uno de los mejores del mundo, y el que diga lo contrario es que no ha viajado por esos mundos de Dios. Lo que pasa es que el numero de ascensores es un dato un poco engañoso para medir la calidad porque en otras ciudades como Tokio el metro va practicamente en superficie, como en Nueva York y en algunos tramos de París, mientras que en Madrid algunas estaciones como Cuatro Caminos están a 50 metros de profundidad. Pero es innegable que el consorcio intenta hacerlo cada vez mejor, a pesar de algunas deficiencias en señalizacion o en regularidad que persisten a lo largo del tiempo. Pero para mejorar hace falta dinero, y por eso me parece bien que se permita la publicidad en algunas estaciones o en todas ellas. Como bien dice el articulo de Jose Antonio Plaza, ¿que pasaría si tuvieramos que pagar todo el coste del billete? Si se privatizase alguna vez el servicio, ¿no iba a haber publicidad? Es mas, ¿porque no se pone un impuesto a los coches que circulan por el centro de Madrid para financiar el transporte publico?
Aunque la verdad, no soy nada usuaria del metro, me pilla un poco lejos de casa, y es posible que haga años que no lo cojo, reconozco el buen metro que tenemos y ya me gustaría poderle coger todos los días para ir a trabajar.
Estoy de acuerdo con los comentarios anteriores y que en este momento de crisis se puede destinar el dinero a otros usos. Pero sobre todo, estoy de acuerdo con el de Juanma GG que aunque no le conozco, siempre me gustan las opiniones suyas que leo en este diario. Lejos de Madrid envío un saludo al escritor del artículo.
Muchas gracias, Teresa. Un afectuoso saludo.
Deseo mostrar mi sincera opinión respecto al tema que acaece.
Sí, estoy de acuerdo, tenemos una infraestructura suburbana encomiable, pero si reflexionamos un poco en torno a ello, me surgen tres preguntas, ¿A cambio de qué? ¿Cuál ha sido la motivación real de tal incremento? ¿Realmente ha sido un crecimiento sostenible?
¿A cambio de qué?
Bueno pues no hace falta pensar mucho para ver donde nos ha llevado nuestro afán por construir por construir a un ritmo desenfrenado y para nada sostenible. Solo tenemos que observar la precariedad del sector dedicado a la obra civil en la actualidad.
¿Cuál ha sido la motivación real de tal incremento?
Sería idílico considerar que se ha pensado en favorecer la movilidad y el intercambio cultural del ciudadano de a pie, pero a poco que seamos perspicaces, atisbaremos que curiosamente la mayor parte de las obras (tanto ferroviarias como viarias) se inauguran casualmente pocos meses antes de los compromisos electorales. Nos hemos parado a pensar realmente, ¿cuanto cuesta esa foto de portada para el ciudadano de a pie?
¿Realmente ha sido un crecimiento sostenible?
Claramente creo que no, se nos ha ido de las manos y ahora tenemos una cifra descomunal de infraestructuras que gradualmente se van deteriorando (especial referencia a viales) y ahora ya no se dispone de fondos para conservarlas.
Dicho lo presente, me gustaría remarcar que estoy a favor del crecimiento mejora y nueva construcción de infraestructuras, pero a un ritmo razonable y siempre con sentido común.
Para finalizar remarco que sí, es cierto tenemos un servicio de metro envidiable al que nuestro querido trovador a ensalzado de forma muy elocuente y correcta.
Pero también opino que como seres racionales debemos rascar un poco la superficie para poder hacer una valoración lo más amplia y justa posible de cada situación y tema de estudio.
Gracias por su atención.
Señor Igor: leo su respetuosa crítica y lo que me viene a la cabeza es el desmesurado crecimiento de las lineas de AVE que ha promovido el anterior gobierno socialista. ¿Sabe usted una cosa? El Señor Blanco programó la construcción de tantos kilómetros de AVE para España como tiene el resto de Europa junta, y estuvo adjudicando obras casi hasta el dia antes de irse como ministro, él sabrá porqué. ¿No se estará refiriendo a él en su articulo, verdad? Porque hay una diferencia SALVAJE en una cuestión primordial: algunas lineas de AVE han tenido que suspender su actividad porque sólo transportaban unos pocos viajeros al día (Huesca- Madrid, 1 tren al día, por ejemplo). Y eso sin hablar del puerto de la Coruña que no se puede usar 5.000 millones de euros a la basura, el aeropuerto de Lérida con ¡1 avion al día!, el de Ciudad Real, sin estrenar, el de Castellón cerrado, los AVES a medio construir...EL METRO DE MADRID, 600 MILLONES DE VIAJEROS AL AÑO. Caballero, reflexione usted un poquito antes de hacer el ridiculo diciendo que la inversion en metro es electoralista o monte en metro un poquito, que es sano y ayuda a reducir la contaminación.
El Metro de Madrid es el medio de transporte más barato, rápido y cómodo, sin duda, pero los madrileños no lo valoramos lo suficiente, hasta que salimos al extranjero y vemos lo que hay (y lo que cuesta) en otras ciudades.
Pongo de ejemplo Londres -además de carísimo, está sucio, los vagones viejos e incomodos, y tardan en llegar una barbaridad-, o Roma -sucio, y lleno de pintadas por todas partes, con trechos y paredes de hormigón basto, sin cubrir-, o París -donde recogen las papeleras sólo 1 vez al día-... Podría seguir poniendo muchos más ejemplos, pero no quiero aburrir..
Espero que actos como los que comentan en el blog que os pongo al final desparezcan, y el dinero PUBLICO que se gasta en la limpieza de los destrozos se pudiera dedicar a otras cosas:
http://esmadridnomadriz.blogspot.com.es/2012/02/vandalismo-en-el-metro.html
Hola a todos y en especial al Sr Monsergas por alusiones:
En primer lugar quiero pedir disculpas tanto al autor como al Sr Monsergas amen de cualquier otro lector a quien pueda haber herido mi comentario, mi intención era y es la de dar una segunda lectura a un tema que a priori puede parecer un cuento de hadas .Todo ello con la mayor seriedad y de una forma respetuosa a mi parecer.
Es cierto que se han cometido muchas barbaries, pero el tema propuesto por nuestro columnista es este y por eso me refiero a él. Y no me gustaría entrar en consideraciones de quien lo hizo mucho peor o menos peor, pues valoro que dentro de lo malo hay grados.
Mi opinión está basada en el meteórico crecimiento y su coste respecto los metros de otros países (muy elevado si consideramos su coste real, es decir si lo comparamos con la renta per cápita ,el salario mínimo interprofesional de casa país, coste de la vida, coste del billete e infinidad de factores a considerar para poder hacer una comparación equitativa).No obstante también soy consciente que según que los datos mostremos, su fuente de procedencia y a cual le demos mayor peso, las valoraciones pueden fluctuar.
Recalco que mi intención es dar siempre una lectura compensada de la cara A y B , ya que solo se mostraba la primera de ellas .No obstante reitero mis disculpas si he levantado algunas ampollas .En adelante Sr Monsergas, le aseguro que no volveré a dar mi opinión ya que mi motivación como he mencionado con anterioridad no es buscar el conflicto, sino dar una visión completa y plural.
Un saludo