Una propuesta para el nuevo hotel del edificio España

Madrid,

J. E. Villarino*.- Para quien esto escribe, venido en el inicio de los sesenta, por vez primera desde una humilde capital provinciana a iniciar su quinto curso de bachillerato, cada vez que tomaba o llegaba a la estación de Plaza de España del entonces Ferrocarril Suburbano que hacía el trayecto Pza de España- Carabanchel Bajo, me quedaba estupefacto mirando el imponente y emblemático edificio de la urbe madrileña: el edificio España, un coloso comparado con lo que hasta entonces se había construido en nuestro país.

Creo recordar, y no equivocarme, que por aquellos años y muchos más después, en él tuvo su sede el Hotel Plaza (117 metros de altura, 28 plantas y el octavo más alto de España), con el primer conserje de librea y puerta giratoria que yo había visto en mi vida. En fin, algo así, con la Gran Vía al lado, como la Quinta Avenida en Madrid. Con posterioridad, en 1954-1960 se construye la también famosa Torre de Madrid, el 6º edificio más alto.

Algo de la historia reciente

Después de muchos años cerrado a cal y canto y otras circunstancias, en 2005, Metrovacesa, la propietaria del edificio, lo ponía en venta, siendo adquirido por el Banco Santander por un precio, nada más y nada menos, de 389 millones de euros.

La remodelación que pretendía esta institución que tenía como año de finalización 2010, se quedó en el cajón como consecuencia de la crisis inmobiliaria y, una vez remontado lo más duro de la crisis, en 2014 empiezan a mostrar su interés inversores extranjeros, entre ellos mexicanos, chinos y brasileños.

En julio de 2014, según cita el diario El País, Wanda presidida por el hombre más rico de China y la 18ª fortuna mundial, según la revista Forbes, con 30.500 millones de euros, se hizo con el rascacielos por 256 millones.

Primera pifia, la del Santander que pierde en la operación, que se sepa, 133 millones de euros.

La relaciones entre el nuevo propietario chino y la alcaldesa no son todo lo próximas y cordiales que era de desear al desestimar el consistorio una remodelación consistente en la práctica demolición del edificio, conservando únicamente la fachada, sobre cuyo mantenimiento tampoco se llegó a un acuerdo entre ambas partes.

El caso, es que el grupo chino Wanda acuerda la venta del edificio al grupo español Baraka, por la cifra de 272 millones. Segunda pifia.

Baraka cerró un acuerdo al día siguiente con Wanda Group para adquirir el edificio España por 272 millones de euros, cifra superior en sólo 16 millones de euros a la de adquisición por Wanda.

Lo que ya no se entiende bien es el papel que juega el empresario murciano en la adquisición del macro inmueble, toda vez que este antiguo frutero murciano no se queda para explotar hoteleramente el inmueble, sino que como hemos dicho y según apuntan todas las fuentes, el edificio España parece que ya ha sido vendido al grupo hotelero mallorquín Ríu.

El secreto mejor guardado hasta ahora es la cifra de venta del Grupo Baraka a Ríu, al tiempo que se especula en que el vendedor se queda para sí con dos plantas en alquiler para explotar un centro comercial.

Trinitario Casanova, el intermediario entre los chinos y el grupo Ríu, tiene más bien un turbio currículim, derivando sus diversificados iniciales negocios hacia el ladrillo puro y duro.

En estos últimos años estuvo incluso condenado a 16 meses por sus operaciones de compraventa de acciones en torno al Banco Popular, al tiempo que sostuvo guerras y alianzas, alianzas y guerras con otros grupos inversores de ámbito regional.

Yo, que el grupo Ríu, no las tendría todas conmigo.

El grupo hotelero Ríu

RIU Hotels & Resorts es una empresa española con sede en Palma de Mallorca, fundada por la familia Riu en 1953 y que pertenece en un 50% al grupo turístico alemán TUI AG. Cuenta con más de 100 hoteles en los principales destinos turísticos como Europa y América.

La empresa nació en 1953 con un pequeño hotel en Palma de Mallorca, contando en la actualidad con más de 100 hoteles. Después de su expansión en Canarias, Riu Hotels comenzó en los años 90 su internacionalización como cadena con la inauguración del hotel Riu Taíno en Punta Cana. A partir de esta isla, cuyas playas se encuentran entre las más bellas del mundo, la cadena se ha expandido en Florida, México, Túnez, Bulgaria, Jamaica, Aruba, Cabo Verde, Bahamas, Portugal, Costa Rica, Panamá, España, EUA, Marruecos y Turquía.

En el contexto de esta internacionalización, la familia RIU, propietaria de la cadena, constituyó en 1993 una sociedad con su tradicional socio alemán, TUI AG (Touristik Union International), el mayor tour operador de Europa.

En 2015, fue noticia por la compra de los islotes de Kedhigandu y Maafushi, en las islas Maldivas.1 (De Wikipedia)

La propuesta

Dejando aparte todos los avatares especulativos que con bastante frecuencia suelen empantanar y enredar los negocios del ladrillo, en los que, pobres de nosotros, no podemos intervenir, lo que a nosotros sí nos importa es que no se pierda la antigua denominación con la que durante muchos años, muchos madrileños y no madrileños hemos identificado a este grandioso referente de millones de personas.

Señores de Ríu, la marca que le proponemos para el histórico edificio que acaban de adquirir (si ello es así) sería de una rotundidad y potencia invencibles. Repitan, despacio, con nosotros: GRAN HOTEL RÍU PLAZA. De lujo.

* José Enrique Villarino es economista y consultor, especialista en Transporte, y miembro del Foro del Transporte y el Ferrocarril (FTF). Autor del blog ‘Paseo de coches’ en Zonaretiro.com

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