J. A. Aguilera*.- La eliminación de las subvenciones a las Escuelas Municipales de Música ha provocado el retroceso de la cultura popular a tiempos franquistas, cuando sólo los ricos podían cultivar este arte. En un momento en que muchas familias sobreviven con menos de 1000 euros al mes, que se cobren 100 euros por niño impide que los hijos/as de parados, obreros, emigrantes y hasta funcionarios puedan estudiarlo.
A partir de ahora, sólo el que tenga dinero o los superdotados -y no todos- podrán cultivarse. Aún recuerdo la sensación de alegría que suponía ver miles de niños ensayando, imaginar superado en un par de generaciones el retraso español respecto a los países europeos. Hoy, ese sueño está roto. El dinero y la esperanza se ha ido a bolsillos de banqueros y especuladores. El que quiera música, que se vaya al coro de la parroquia, como en los viejos tiempos.
La música es el arte que más influencia tiene en el desarrollo de la intuición y el progreso, más aún que la literatura. De haber seguido la dinámica de educación musical en marcha, muchas cosas habrían cambiado en este país a medio plazo. Ese era un riesgo que la derecha no podía permitir. Los pobres sólo tienen derecho a trabajar y embrutecerse con fútbol y toros, no a construirse una psique equilibrada, no a hacer arte.
No quiero terminar sin mandar un cariñoso recuerdo y muchos ánimos al compañero Antonio Gimeno, que desde su esforzada labor como Vocal Vecino de IU en el distrito de Salamanca, tanto ha luchado por que se mantengan los centros culturales públicos y la educación y la cultura para los más injustamente desfavorecidos.
Lucas says:
El clasismo, del que ha sido estandarte Aguirre, tiene eso. Volvemos a la España de charanga y pandereta cuando no nos dejan ser la de zarzuela y sinfonía.
Elites para lo bueno, y masa para lo cutre.