L. Torres.- Citas como la del Mercado de Motores, que se celebra un fin de semana al mes en el Museo del Ferrocarril, han puesto de manifiesto que ahora más que nunca se lleva la moda hipster. Si bien este mercado arrancó en noviembre de 2012 siendo únicamente un espacio de venta y exposición de bicicletas antiguas y otros elementos de almoneda y de estética retro (en la Nave de Motores de Metro de la calle Valderribas), pronto derivó en un mercadillo de ropa y objetos de segunda mano dirigido a consumidores de cultura alternativa, que hoy acceden a ella en el Museo del Ferrocarril, en el Paseo de las Delicias.
Basta pasarse por allí cuando se celebra el evento para redescubrir que las camisetas con originales frases, los pantalones pitillo y los pañuelos palestinos ya no son sólo estilismos adolescentes.
La moda hipster es mucho más que una indumentaria: es destacar la autenticidad de los lugares de ocio, viajar en bici o longboard, tener mascota… Es el cine independiente, adorar la tecnología, los sofás de unas décadas atrás… Pintarse las uñas de rojo, en el caso de las chicas, y dejarse crecer la barba, en el de los chicos… Pero lo que más define a esta tribu alternativa es su ropa que, además de en el famoso mercado de Retiro, puede encontrarse en Internet, donde hay tiendas online que ofertan desde las gafas de última tendencia, los auriculares más originales o las deportivas más exclusivas.
Webs de moda como Zalando ofrecen a un solo click cientos originales prendas de estilo hipster entre las que también se pueden encontrar pajaritas, chalecos y camisetas con todo tipo de ilustraciones. Porque la moda hipster para gente con estilo recuerda estilismos de los años 80 y 90 pero no es ajena a las nuevas tecnologías.
Y es que la moda hipster se ha colado en la vida de muchos, ya que no son sólo los veinteañeros los que se animan a ella, sino que son gente de todas las edades en las que podemos ver cómo tienen, en multitud de ocasiones, un toque hipster en su indumentaria. Moda online especialmente diseñada, o mercados o actos como el Mercado de Motores, hacen que nos demos cuenta de que esto es más que un estilo de vestir.