V. Ganem.- Los niños de 0 a 6 años de edad pasan por una etapa llamada “Pensamiento egocéntrico”; esto significa que todo lo ve desde su punto de vista y sólo puede ver lo que él siente, desea y quiere. Lo demás no existe. Un ejemplo lo tenemos cuando a los niños pequeños les pides que se escondan, se tapan los ojos y creen que ya se escondieron porque ellos no ven nada.
Tampoco los niños pequeños pueden expresar adecuadamente sus emociones que, en este caso, serían el “enojo” y “frustración” de que “invadan su espacio” o les “quiten su juguete favorito”.
¡No preguntes, enséñale!: Muchas veces, cuando tu hijo pega, le preguntamos: “¿Porque le has pegado a Juan?” Tu hijo, en realidad, no sabe por qué le pegó a Juan; sólo quería su juguete o que lo dejaran en paz.
Ponte a su altura y explícale: Agáchate a su altura y dile con voz muy firme y muy seria: “¡A Juan NO le gusta que le peguen!” y a continuación le dices “Veo que estas enojado porque tú quieres la pelota, pero ahora es el turno de Juan y luego te tocará a ti”.
No le pegues en la mano: Si le estás enseñando a no pegar a tu hijo cuando está molesto, no seamos nosotros los que le peguemos cuando nos molestamos porque pegue. Nosotros somos su ejemplo.
Enséñale a reparar el daño “ La pomada mágica”: Una manera sana de enseñar a tu hijo a que repare y a que sane el dolor que ha causado al pegar es por medio de la pomada mágica. Dale a tu pequeño un tubito de árnica o cualquier pomada que utilices para los golpes. Coméntale a tu pequeño que le ponga pomada al niño para que ya no le duela.
Paciencia y mucho amor: Es muy cansado y frustrante tener que repetirle una y otra vez a tu pequeño que no debe pegar. Pero no te desanimes, con constancia y amor verás que valió la pena.
*Valentina Ganem es psicóloga infantil y directora del proyecto Crecer Juntos Con Arte (síguela en Facebook)