J. A. Plaza*.- Producto Interior Bruto, renta per cápita, índice de desarrollo humano… son conceptos íntimamente ligados a la población (en número) del mismo. En este sentido, en un país desarrollado, el tamaño de la economía depende entre otras cosas del número de habitantes.
En las legislaturas anteriores se abrió de forma muy amplia el país a la inmigración. Con la necesidad de mano de obra existente en esa época, especialmente en algunos sectores como la construcción -al menos eso era lo que se alegó- se atrajo a varios millones de personas con la promesa de una vida mejor que en sus países de origen-. En Madrid habitan hoy más de un millón de inmigrantes, no todos extranjeros. No es mala cosa haber aumentado nuestra población; de hecho la tasa de natalidad en nuestro país es tan baja que apenas alcanza la necesaria para asegurar el crecimiento vegetativo de la población autóctona. Solamente los inmigrantes aseguran nuestro futuro, ya que su tasa de renovación poblacional es mucho más alta.
El problema surge con la crisis, al estar muy concentrado el empleo inmigrante en el sector más azotado por la situación financiera, el de la construcción. Si ya es difícil para un español encontrar trabajo, imagínense para una persona recién llegada, que además no tenga un alto nivel de formación como suele ser el caso. Los inmigrantes sufren en la actualidad una tasa del 34,63% de desempleo, muy superior al de la media de la población. Así se puede comprobar en la encuesta regional de empleo (ERI) que se ha hecho pública a finales de mayo.
En esta encuesta también podemos constatar como dato curioso que la población china en cambio apenas tiene desempleo, alrededor de un 5%. Claro que, como hemos venido comentando en Zonaretiro, parte de la población china se rige por sus propias normas con escaso respeto por la legislación que nos aplica al resto: esta semana se han desmantelado varios talleres ilegales en Madrid que albergaban trabajadores en régimen de semiesclavitud. Que venga ahora el señor Pedro Zhang a contarnos otra vez que las asociaciones de comerciantes chinos velarían para que los derechos y obligaciones de los trabajadores y comerciantes españoles se hiciesen extensivos a su comunidad.
A las personas que nos preocupa la integración real de los inmigrantes en nuestra sociedad, con igualdad de derechos y obligaciones, nos debería preocupar sumamente la creación de empleo para estas personas. No sólo por la riqueza que nos aporta su presencia o por la dinamización de los negocios o de la sociedad, sino para consolidarla: un alto índice de empleo significaría también un bajo nivel de deseo de regreso a su país en el caso de los extranjeros; sólo un 38,7% dice tener la intención de establecerse en España, mientras que el 37,2% quiere regresar a su país y un 20% no sabe/no contesta (es decir, tomarán la decisión según cómo les vaya la feria).
Sin embargo, la inmigración es solamente una parte de la ecuación alrededor de la inversión de la pirámide poblacional en nuestro país. La falta de apoyos a las familias numerosas y en general la falta de políticas que fomenten la natalidad son parte del problema, máxime cuando hoy la familia como institución cotiza a la baja; los padres de familia católicos y liberales no podemos evitar un cierto sentimiento de estar demodés. Es bueno que cada uno viva su vida en libertad incluyendo la sexual, pero si alguien no se encarga de renovar la especie corremos riesgo de extinción como decía la canción de Siniestro total, o bien importamos el material humano necesario para asegurar la continuidad de nuestro país.
La transformación de la sociedad madrileña del siglo XXI hacia un mosaico pluricultural enriquecedor y dinámico recuerda mucho a la situación del fútbol español hace un par de décadas. El proteccionismo de no dejar a los equipos alinear jugadores extranjeros dejó paso la creación de plantillas donde los españoles eran una parte mínima de las mismas. El resultado fue que se elevó tanto el nivel medio de juego que finalmente nuestra selección llegó a ser campeona del mundo. No debemos tener miedo a las mezclas; nuestro país ha sido un crisol de razas, culturas y religiones desde tiempos inmemoriales ya que descendemos al alimón de fenicios, celtas, romanos, griegos, cartagineses, judíos y musulmanes. Abandonemos viejas reticencias atávicas: hagamos de nuestros hermanos rumanos, marroquíes y chinos los españoles y madrileños del mañana. Juntos seremos más y mejores. Pongámoselo fácil.
*Jose Antonio Plaza Rivero es vocal vecino ‘popular’ de la Junta Municipal de Salamanca y Jefe de Área en la Consejería de Transportes e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid.
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Madrid no saldrá de la crisis sin los inmigrantes igual que no saldrá de la crisis sin los fontaneros, los calvos o los aficionados al Barça. Como no rememos todos en la misma dirección va a ser muy difícil que esto mejore.
De todo cuanto comentas me parece especialmente importante la deseable integración. No sólo en cuanto a las facilidades que se articulan para la misma sino también en cuanto al interés real del inmigrante por integrarse: ¿les empujamos a guetos o ellos mismos se refugian así? ¿cuánto hay de cada cosa? Mucho que debatir y discutir al respecto.
Conozco extranjeros envidiables y desdeñables... como fontaneros, calvos y aficionados del Barça envidiables y desdeñables. Hoy España es eso, Madrid es eso, mezcla de razas y culturas y todos juntos debemos pensar en nuestro común futuro.
Buen post. De los mejores articulos que le he leido. Solamente añadir un dato que he leido en la prensa, la mayoría de los que emigran desde otras zonas de España y de los que vinen de fuera, vienen a Madrid. Por algo será. Repito, muy buen articulo me ha gustado mucho. Enhorabuena.
¿podría poner el link de la encuesta? si está en internet. gracias
Hola Bruno :)
Aquí tienes todos los datos: http://www.madrid.org/cs/Satellite?pagename=PortalInmigrante%2FPage%2FINMI_pintarContenidoFinal&language=es&cid=1142340982052
Un saludo
Estoy de acuerdo con Bruno. Gran artículo, Sr. Plaza. Habitualmente caemos en la demagogia de demonizar a los inmigrantes en su conjunto, cuando los hay buenos y malos, listos y tontos, y desgraciadamente también del Barça... Pues lo mismo que pasa con los españoles...
Y por no dejar de hacer una broma, Juanma, estoy seguro que Madrid sobreviviría sin aficionados del Barça, o al menos debería hacerlo...
Jejejeje, estamos de acuerdo pero el sentido se entiende ¿no? Un saludo.
No creo que ahora vaya a estar todo el problema de Madrid en el inmigrante.
Es verdad que hay que integrar al inmigrante, pero en muchísimos casos, son ellos los que no quieren integrarse. Nosotros debemos haber un esfuerzo en acogerles, pero ellos esfuerzo en adaptarse lo más posible a nuestras costumbres, cultura, etc…
Mi experiencia con los inmigrantes la estoy teniendo en el colegio de las niñas, y tengo que decir que los niños tienen serios problemas de adaptación. En parte, es posible que sea el colegio, pero también gran parte está en las familias de estos niños. Las familias, "pasan" de los estudios; no sé si porque tienen una situación socioeconómica más baja que los españoles (que tampoco creo que sea problema) o porque será, pero al no implicarse nada en el seguimiento académico de los niños provoca grandes problemas en las clases.
De acuerdo sólo en parte: con inmigrantes vale, pero no en exceso, y los que están, que paguen impuestos como todos los curritos.
Estos inmigrantes, si cotizaran a la Seguridad Social, estupendo, pero la mayoría de ellos no lo hacen (porque no pueden, o no quieren), y sin embargo, se les paga la asistencia sanitaria y los medicamentos.Sin embargo, a mí no...
Y lo digo con conocimiento de causa: soy autónoma, y por mi colegiación (obligatoria para poder ejercer mi profesión) tengo que pagar una Mutualidad Profesional (que no es la Seguridad Social). Pues bien, si mi hija o yo nos ponemos malas, y vamos a un hospital de la Seguridad Social, nos atenderán, sin duda, pero nos pasarán el coste.
Sin embargo, a un inmigrante sin papeles, que no cotiza a la Seguridad Social, le atienden, y no le pasan el coste.. ESTO ES INSOSTENIBLE...
Por eso reitero: inmigrantes sí, pero todos cotizando....
Efectivamente no saldremos de la crisis sin los inmigrantes, ni sin los “aficionados al Barça” si el mercado laboral los necesita. Dejemos que se ajuste la oferta y la demanda sin intervencionismos que creen demandas ficticias.
¿En qué país vives? ¿qué país crees que es este? lamentablemente vamos a la ruina, y con gente como tú no vamos a salir.
Totalmente de acuerdo con María Pilar, además, si queremos controlar la inmigración, se debería hacer en el origen, dado que todavía se piensa que si vienen a Europa van a ser ricos.