J. A. Plaza*.- Superada -esperemos- la cremá estival de nuestras frondas y despachado el incendio que asoló en pasadas fechas 1.500 hectáreas de nuestros queridos montes serranos, procede reflexionar sobre lo que supone la lucha contra los incendios (este año hemos tenido cerca de 300) en nuestra comunidad.
No podemos obviar, en primer lugar, que el 95% de los incendios forestales tienen origen humano, negligente o intencionado. En Galicia, por ejemplo, cerca del 75% de los incendios de origen humano son intencionados (curiosamente se da esta preponderancia en casi todo el arco Atlántico, más que en la zona mediterránea). Porcentaje que desciende al 6% en nuestro territorio, según Ecologistas en Acción, aunque este porcentaje varía en el tiempo. Territorio que, por otro lado, cuenta con un 50% de su superficie protegida medioambientalmente mediante la legislación oportuna: unos 4.000 km² madrileños son parques o zonas ambientalmente significativas de los 8.000 con los que contamos.
Con este nivel de protección legal, es de esperar que la protección física sea un hecho parejo. Y para este fín el gobierno regional ha destinado este año más de 2.400 profesionales, 600 vehículos, 9 helicópteros, brigadas helitransportadas, retenes, etc .
Este esfuerzo se traduce en uno de los mejores ratios de personal por hectárea forestal de todo el país: tenemos un bombero por cada 149 hectáreas, frente a las 1.000 que tiene cubrir cada uno en Castilla-León, las 1.700 de Aragón o las 700 de media en España. Es más, Madrid es la Comunidad Autónoma que más invierte en protección por hectárea: cerca de 100 € por Ha. y año. Algo así como el triple que Cataluña o Galicia y 10 veces lo que el Pais Vasco. Aún más, sirva como dato de la preocupación de nuestros dirigentes por este tema el que el primer acto que ha llevado a cabo el recién nombrado consejero de Medio Ambiente, Borja Sarasola, ha sido visitar Robledo de Chavela y valdemaqueda e implementar un plan de reforestación para toda la zona.
Este importante despliegue material permite que el 80% de los incendios se queden en conatos, para lo que la rápida reacción de los profesionales es fundamental. No hay que olvidar que más del 65% de los incendios son detectados por ciudadanos madrileños y avisados a través del 112, lo que permite la adecuada actaucion de los medios.
Esto nos obliga a recordar a nuestros gobernantes la importancia que tiene la prevención de los incendios, tanta o más como puede tener la adecuada extinción. Ese debe de ser, según un criterio obvio, la línea de actuación para los próximos años: prevención y más prevención. Campañas de concienciación, distribución de retenes en zonas clave, aislamiento social de los pirómanos… aunque como recordó el fiscal general de Madrid, Sr. Esteban Rincón, las penas a estos individuos ya son suficientemente elevadas.
Éste debe ser el debate, y no el aspecto formal de la gestión, el que debemos mantener. Si se hace a través de bomberos funcionarios o de la contrata privada no debe influir a priori en la corrección de las actuaciones y en los resultados obtenidos; tan buen profesional debe ser uno como otro, y los resultados para nuestros bosques han de ser los mismos. Incluso en momentos de crisis como éste, hay que procurar mantener las inversiones en este aspecto tan importante para nuestra sociedad; el patrimonio natural es también un legado para nuestros descendientes.
Por esto y para que nuestros hijos puedan disfrutar de nuestros árboles y de la naturaleza como nosotros hemos hecho, ¡tolerancia cero con el fuego!
*Jose Antonio Plaza es vocal vecino de Obras Públicas de la Junta Municipal de Salamanca y Jefe de Área en la Consejería de Transportes e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid.
gloria says:
la comunidad de madrid parece idilico con los datos que aporta el articulista si no fuera por el incencio de valdemaqueda que deja en mal lugar, los datos aportados. No había reten en el puesto ni tampoco medios suficiente, y no es lo mismo que sea empresas privadas que públicas y ahí esta los datos cuando se recorta personal y medio los incedios pasan de conatos a tragedias.
Lucas says:
El amable ponente ha hecho el análisis que interesa a su partido, pero ha olvidado dos parámetros. Se ha centrado en los ratios positivos y en la comparación con determinadas comundades.
Ha olvidado hablarnos de la evolución de los incendios y área quemada respecto a años anteriores. Alguna razón habrá, además de la sequía, para su incremento.
También que en Madrid el factor demográfico y de concentración ayudan. Madrid puede y debe permitirse más bomberos (y mejor empleados públicos) debido a sus grandes núcleos urbanos.
¿Quiere además justificarse que sobran más bomberos, además de los que no se reponen? Porque según ellos, cualquier día puede suceder una desgracia en el mismísimo barrio Salamanca.
Jose Antonio Plaza says:
Para nada este amable ponente dice que sobren bomberos. Únicamente que no somos la Comunidad Autónoma que menos invierte del país, sino justo lo contrario. Y aunque el incremento de la inversión disminuye sin duda el riesgo de extensión de los incendios, también es cierto que la incidencia de éstos es cíclica, independientemente de los euros invertidos; colegimos que va también ligado a los ciclos atmosféricos, mas o menos favorables a su propagación. Gracias por su critica, de cualquier manera. Y Dios no quiera que suceda ninguna desgracia más en ningún lugar, ni en mi barrio ni en el suyo.