A. Inurrieta*.- Esta semana el Observatorio del Distrito de Salamanca ha estrenado su actividad de conferencias y servicios para los vecinos del Distrito. En concreto se organizó una conferencia en el Centro de Mayores Maestro Alonso sobre la nueva normativa para empleadas de hogar, algo muy relevante para una buena parte de los vecinos del distrito.
La conferencia la impartí yo mismo, y contó con una amplísima concurrencia, más de cincuenta mujeres, aunque también algunos hombres. Las conclusiones que se pudieron sacar, al margen de la nula capacidad de la administración para facilitar el trabajo a los administrados, fue que la mayoría del empleo doméstico, especialmente el discontinuo está en el sector informal, o negro, como comúnmente se le conoce.
Comenzaré por el aspecto normativo y las dificultades de los administrados. La norma obliga a los hogares familiares a dar de alta a todas aquellas personas que trabajen como empleada de hogar, independientemente de las horas que trabajen en cada casa, así como dar de baja a dichos trabajadores en el caso que cese la actividad. Este trámite, de facto, hace de cada hogar un centro de empleo y requiere que cada persona diseñe y emita una nómina y liquide con la Seguridad Social las cotizaciones, tanto de la parte del empleador, como del empleado, a pesar de que la ley dicta que el empleado debe liquidar su parte. Además, el empleador debe cotizar por contingencias profesionales, que incluye el concertar al trabajador/a con una mutua de accidentes.
La complejidad de todos estos trámites deben ser acometidos por personas cuya edad media supera los 70 años, que nunca han tenido contacto con la Administración, lo cual revela una dificultad que difícilmente podrá ser cumplida con rigor y en tiempo y forma. La ley obliga a realizar todos estos trámites antes del mes de junio de 2012, por lo que es más que factible que la mayor parte de los/as empleados/as de hogar se mantendrán en el mercado informal, o caerán en él los/as que en la actualidad coticen en el Régimen Especial, que se extingue en junio de 2012.
La realidad que pude palpar en esta aproximación es que la mayor parte de mayores no tienen regularizadas a estos trabajadores/as, lo que demuestra la gran cantidad de empleo sumergido, ligado principalmente a la inmigración. Este aspecto también es llamativo, puesto que sigue siendo un sector en el que las trabajadores/as autóctonas no atienden la enorme demanda de empleo que subyace. En un distrito en el que hay una gran mayoría de personas mayores, un 80% más de octogenarios/as que en el resto de la ciudad, este es un nicho de empleo muy significativo, pero cuya probabilidad de permanecer en el mercado informal es muy elevado. Esta contingencia tiene una doble explicación. Por un lado, el diseño de la norma es incompatible con la población a la que va dirigida, mayores con escasos conocimientos administrativos, con movilidad reducida en muchos casos, y teniendo en cuenta que en este distrito hay casi un 15% de analfabetismo. Por otro lado, los usos y costumbres indican que hay una preferencia por mantener a esta población en el lado informal, por no asumir los costes monetarios y tampoco por no hacer de recaudadores de las cotizaciones de los empleados.
En conclusión, el mundo laboral del segmento de empleadas de hogar en el Distrito de Salamanca mayoritariamente se encuentra en el limbo jurídico e informal, sin que la nueva norma vaya a suponer una mejora en este campo. Las dificultades administrativas y la dejación de la Administración en facilitar los trámites seguirán dejando a muchas trabajadoras sin cotización a la Seguridad Social, lo cual empeorará las condiciones de vida y trabajo para este colectivo que tanto hace por todos los mayores del distrito. Por todo ello, una entidad como el Observatorio del Distrito de Salamanca se erige en imprescindible para solventar todas las dudas y para facilitar la gestión administrativa a todos los mayores que lo necesiten.
*Alejandro Inurrieta es exconcejal del Ayuntamiento de Madrid y miembro de la Asociación Puerta de Alcalá.
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Ilustración: Patri Tezanos (Zonaretiro.com)