J. E. Villarino*.- Se acordarán los lectores que a finales de enero de este año ya tratamos este tema, en el caso de Madrid. Lo hacemos ahora para los datos del conjunto de España porque el gobierno sigue erre que erre en contarnos un trinfalismo, que tiene su lado oscuro.
No se nos ocurre negar que la evolución del empleo en España va a mejor desde hace algunos, bastantes, meses, pero los datos tienen sus entresijos y no vale con una lectura superficial. Como dice el refrán: “las cosas no son lo que son, sino lo que aparentan”. En el caso que nos ocupa de la marcha del empleo en España, los datos aparentan una cosa, pero son lo que son.
En valores desestacionalizados, el descenso del paro es mucho menor
El número de desempleados registrados en las Oficinas de los Servicios Públicos de Empleo, al finalizar el mes de junio, ha bajado en 98.317 personas en relación con el mes anterior. En valores relativos, la reducción del paro es de un 2,84%. De esta forma, el paro registrado se ha situado en 3.362.811. En junio de 2016 el desempleo bajó en 124.349 parados en relación al mes anterior.
Por otra parte, respecto a junio de 2016, el paro se ha reducido en 404.243 personas (-10,73%). En términos desestacionalizados, el paro registrado baja en 21.668 personas. Para realizar la estimación, se han utilizado los mismos coeficientes que en la publicación técnica ‘Síntesis de Indicadores Económicos’ del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad.
La contratación indefinida solo supone el 8% del total de contratos
El número de contratos registrados durante el mes de junio ha sido de 2.089.520. Supone una subida de 169.180 (8,81%) sobre el mismo mes del año 2016. Por su parte, la contratación acumulada en los primeros seis meses de 2017 ha alcanzado la cifra de 10.540.458, lo que supone 1.046.650 contratos más (11,02%) que en igual periodo del año anterior.
En junio de 2017 se han registrado 166.462 contratos de trabajo de carácter indefinido. Representan el 7,97% de todos los contratos. Supone un incremento de 18.067 (12,17%) sobre igual mes del año anterior. En magnitudes acumuladas, se han realizado 964.839 contratos hasta junio de 2017. Representa un incremento de 109.086 (12,75%) sobre el mismo periodo del año 2016.
El resto de contratos, hasta completar el total de 2.089.520 del mes de junio de 2017, son 17.426 de carácter formativo y 1.905.632 otro tipo de contratos temporales. Dentro de este último grupo destacan: Eventuales por Circunstancia de la Producción ( * * ) -de jornada a tiempo completo- con el 27,20% del total de todos los contratos, seguido de Obra o Servicio Determinado -de jornada a tiempo completo- con el 25,53%. Los contratos temporales con jornada a tiempo parcial suponen el 33,54%.
La elevada ratio contratación/empleo confirma la precariedad existente en el mercado laboral
Hagan ustedes una sencilla división: dividan el número de contratos celebrados en el mes entre los empleos creados, que equivalen, más o menos, al descenso del paro. Este sencillo cociente es de 21,25. ¿Que significa esta cifra? Pues que para que se materialice un empleo, es necesario suscribir 21, 25 contratos. España necesita, por tanto 21 contratos para crear un empleo neto.
¿Y qué significa esto? Pues que la contratación en España está sujeta a una elevada estacionalidad bajo la fórmula: ahora contrato, ahora ‘descontrato’, porque, a su vez, la economía española tiene una elevada estacional debido al enorme peso del turismo y la agricultura, hecho que se produce desde hace muchos años, cuando todos los gobiernos de la transición se dedicaron a desmantelar la industria existente a finales de los años 70.
Lo que importa son las horas trabajadas
Esta misma pregunta nos la hacíamos en el artículo que mencionamos al principio: ¿Cómo es posible que si baja el paro y se crea empleo, según dicen las estadísticas de paro registrado, se trabaje menos? Muy sencillo, porque el trabajo existente se reparte entre más ocupados. Y eso supone que existe más trabajo temporal y a tiempo parcial y más contratos de corta duración.
O de otra manera, una cosa es la cantidad de trabajo (las horas trabajadas) y otra distinta, la cantidad de empleo (las personas). Puede haber muchas horas disponibles de trabajo, pero pocas personas, por lo que los que trabajan, trabajan mucho.
O, por el contrario, pocas horas disponibles -o las mismas a lo largo dl tiempo- y muchas personas disponibles. Estas personas tocarán a poco trabajo. Y poco trabajo es igual a precariedad, a trabajo a tiempo parcial y a trabajo eventual o discontinuo. Esto está ocurriendo.
El gráfico pone de manifiesto cómo con la crisis el trabajo global se retrae hasta el inicio de 2013 en que comienza una recuperación, al tiempo que se incorporaban nuevos ocupados al mercado laboral. Pero, a partir de 2016, el número medio de horas semanales trabajadas disminuyen, por lo que hay que pensar que los nuevos empleos son, si cabe, todavía más precarios en temporalidad y duración.
Señores del gobierno, cuéntennos la ecuación completa, que es la siguiente: sube el empleo, bajan las horas trabajadas, ergo, trabajo más precario.
* José Enrique Villarino es economista y consultor, especialista en Transporte, y miembro del Foro del Transporte y el Ferrocarril (FTF). Autor del blog ‘Paseo de coches’ en Zonaretiro.com