J. A. Aguilera*.- Es difícil, pero el Ayuntamiento está intentando con bríos renovados que la gente se olvide de El Dolmen de Dalí. La táctica es simple, la ocultación. De día, permitiendo estructuras y eventos que lo tapan. De noche, negándole iluminación.
Cualquiera que pase tras el anochecer cerca de la Plaza de Dalí tiene que buscarlo adrede y adivinar que una imponente masa oscura es la última creación del artista catalán.
Tras el expolio capitaneado por Patxi Mangado (2002-2005) se “olvidaron” de iluminar El Dolmen. El movimiento ciudadano consiguió que se pusieran cuatro focos que realzasen mínimamente el monumento, al menos para no chocarse con él. Hoy día esos focos no funcionan, ¿por qué?
Otro factor de invisibilidad es la cuestión informativa. El Metro y los autobuses de la zona (Goya-O’Donnell) deben tener salidas y paradas que indiquen cómo llegar a este conjunto monumental único.
Estas incidencias incomprensibles en el trato de una obra de arte valiosísima han sido puestas en conocimiento de la Dirección General del Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid.
En 2014 se celebrará el 25 aniversario del fallecimiento de Salvador Dalí. ¿Seguirá su testamento artístico roto y despreciado?
* Juan Antonio Aguilera es miembro de la Asociación de vecinos Goya-Dalí.