C. Muñoz*.- Los 6.202.700 personas que están en situación de desempleo son de carne y hueso. No son sólo un dato que indica que el 27,16% de la población no puede trabajar para vivir dignamente. Estos son los datos oficiales del primer trimestre de 2013. Más de un año después de que el gobierno del PP tomara las riendas, y de que Mariano Rajoy prometiera que con él de presidente de España no subiría el paro.
El número de parados aumentó el último trimestre en 237.400 y el de ocupados ha caído en 322.300. Esto, unido al envejecimiento de la población española, está llevándonos, a través de las políticas liberales del PP y del PSOE, a la mayor de las tragedias humanas: a la tragedia de millones de personas que queremos vivir dignamente y no podemos hacerlo por culpa del sistema político y económico.
Las últimas reformas de los gobiernos de Zapatero y Rajoy han terminado de hundirnos a la clase trabajadora. Casi un millón de personas hemos perdido nuestros empleos en el último año.
El distrito de Retiro, así como el de Salamanca, son ejemplos de barrios por encima de la media socio-económica de Madrid y de España. También son barrios con una población mucho más envejecida, y por tanto, con menor índice de población activa, en edad y condiciones para ejercer un trabajo. Y sin embargo, son miles de personas las que no podemos acceder al empleo.
En el distrito de Retiro, de los 5.914 desempleados registrados en diciembre de 2011, hemos pasado ya a los 6.849 de marzo de 2013. No es una pequeña subida, para un distrito como el nuestro.
Y los receptores de prestaciones por desempleo han pasado de los 2.753 de diciembre de 2011 a los 3.444 de marzo de 2013. Estos datos son especialmente preocupantes, ya que hemos llegado a tener un porcentaje superior al 50% de desempleados en nuestros barrios que no perciben ningún tipo de ingreso por empleo o por prestación, y por tanto, se sitúan en una situación de precariedad y exclusión social alarmante. Y aún más, si tenemos en cuenta que actualmente, 2.634 vecinos de Retiro son ya desempleados de larga duración, y por tanto, en una situación aún más compleja.
A veces los datos, unos detrás de otros, y publicados cada poco tiempo en los medios, no dejan de parecer a muchos, fríos indicadores de una situación compleja, pero que en muchos casos resulta ajena o lejana. Sin embargo, detrás de cada uno de los 6.849 vecinos de Retiro desempleados, hay una historia dramática.
Yo mismo soy uno más de esos desempleados del barrio. Uno más de los que cada día nos recorremos las redes buscando empleo, las calles del barrio y de otros barrios y municipios, echando currículos, preguntando a amigos por posibles empleos, por breves que sean, para poder seguir aspirando a sobrevivir en nuestra ciudad.
Soy licenciado con un brillante y sobresaliente expediente, tengo un máster, formación en varios idiomas, estancias en el extranjero, experiencia laboral en múltiples sectores… Soy y me siento profesor de instituto, pero no renunciaría a ningún empleo. Pero los recortes en educación y las políticas liberales me han llevado a no poder acceder a ningún tipo de empleo a mis 33 años.
El mío es sólo un caso más. No tengo ninguna vergüenza en compartir mi situación con los lectores. No es vergüenza lo que siento cada vez que pido ayuda económica a los amigos y familiares. No es vergüenza lo que paso cuando busco empleo diferente al de mi formación académica. La vergüenza que siento es la de vivir entre personas que no mueven un dedo por tirar abajo un sistema que nos está hundiendo a la mayoría.
Somos muchos en esta situación alarmante. Personas de carne y hueso, como yo o como cualquier otro vecino, los que soñábamos con poder tener una vida tranquila en nuestros barrios, con nuestra gente… Algunos luchamos para poder cambiar la situación política y conseguir que esto sea posible, y para que los que tengan que emigrar sean los que nos han robado a manos llenas, los que se reparten dividendos millonarios y especulan con nuestras vidas. Pero los datos de desempleo no son sólo datos, y aunque algunos queremos seguir luchando, quizás tengamos que abandonar lo que más queremos. Y emigrar, como hicieron nuestros abuelos, huyendo del fascismo nacional-católico. Hoy en día, es el capitalismo el que nos empuja a abandonar nuestro lugar y nuestra gente.
O derribamos el sistema y reformulamos desde cero una alternativa, o las consecuencias no serán datos malos de desempleo, sino vecinos, personas a las que queremos, que serán arrojadas a la miseria o al exilio. Lleva décadas ocurriendo, y parece que hemos mirado hacia otro lado. Pero cada vez somos más los excluidos de una manera u otra, y quien mira hacia otro lado está siendo cómplice de la situación crítica de 6.202.700 de vidas.
* César Muñoz es Coordinador de IU Retiro y Miembro del Consejo Político Regional de Izquierda Unida de la Comunidad de Madrid.
julia says:
«La vergüenza que siento es la de vivir entre personas que no mueven un dedo por tirar abajo un sistema que nos está hundiendo a la mayoría»
Eso es lo triste, la falta de cohesión social que propician los q mandan.
En nuestro barrio, colegio a colegio se van imponiendo directores del régimen, sin q nadie diga ni haga nada. Ya está bien! Basta ya!
R Frutos says:
Qué decirle. Su error en estos tiempos ha sido no nacer en un clan familiar de bien, de los de toda la vida, de los de como dios manda; vamos un Carromero cualquiera con buenos padrinos. Rajoy le dirá que “comprende la frustración de sus anhelos y sentimientos”, y eso debería bastarle para alimentarse, reirse e irse de copas. Y todo lo demás es dramatizar…..¡Qué decirle! ¡A ver si de una p. vez la gente abre los ojos!