A. Valiente*.- Arrecia la tormenta contra las Autonomías, contra los partidos políticos, contra el sistema electoral, contra la Unión Europea, contra las instituciones en general, y por supuesto, contra los políticos… La tormenta se desata en prácticamente todos los medios de comunicación -bueno, en unos más que en otros-, y esta corriente de opinión que se va creando, va calando en la ciudadanía. Estamos a un paso de que empiecen a usarse argumentos, ya sin ningún pudor, como el de que “cómo va a valer mi voto lo mismo que el tuyo”.
Y justo en este momento, se ve un poco de luz allá en el fondo de todo este totum revolutum: le han dado el premio Nobel de la Paz a la Unión Europea. Y me alegro, me alegro mucho porque soy europeísta y porque, frente a esta marea, la Unión Europea ha ostentado un poder creador de paz en el viejo continente, y de progreso entre sus pueblos. Creo en una Europa sin fronteras, motor de cultura, de libertad y de derechos. Creo en su capacidad de ser un faro para el resto del mundo.
Y también creo en un Estado descentralizado, porque las estructuras administrativas cuanto más próximas estén a los problemas más eficientes serán. Creo que las Autonomías pueden albergar sensibilidades identitarias suficientes, aunque yo no las tenga.
Creo en el sistema de partidos políticos como representantes de la ciudadanía. Creo que no todos los individuos sabemos de todo y que podemos confiar en las soluciones que propone un partido político que se aproxime a nuestra ideología, sensibilidad, planteamientos….
Creo que el sistema electoral proporcional que tenemos ha permitido garantizar suficientemente mayorías estables, representación de las minorías y presencia en el parlamento de todos los territorios.
Creo que la mayoría de los políticos son honrados y que les mueve fundamentalmente el afán de servir al interés público.
Por supuesto todo es manifiestamente mejorable, y que esta crisis ha puesto descarnadamente patente más las debilidades que las fortalezas. Pero sin esas fortalezas estaríamos muchísimo peor; y es una lástima que esto no se refleje en los medios, ni ocupe un minuto en ninguna tertulia.
Echo de menos, eso sí, un liderazgo fuerte en Europa. Liderazgo entendido como capacidad de explicar un proyecto atractivo, potente, claro y con capacidad para llevarlo a cabo.
¡Enhorabuena a todos, enhorabuena a Europa!
* Ana Valiente es vocal vecina del PSOE en el Distrito de Salamanca.
FBernal says:
Sra. Valiente, enhorabuena por su artículo. Ya era hora de que alguien pusiera algo de cordura y de que estuviese por encima de discursos partidistas o ideológicos. Estoy de acuerdo en que el Estado de las Autonomías ha sido una formula adecuada para ir progresando como país, pero también es cierto que aún quedan por pulir bastantes asuntos que indignan al ciudadano de a pie en relación con el funcionamiento de las autonomías y ahí tienen mucha tarea por hacer los partidos políticos… para empezar creo que lo básico sería consensuar qué objetivos tenemos como país y a dónde queremos llegar.
Miguel Gómez says:
no creo que se pueda reflejar mejor el horror que me produce la antipolitica, gran articulo
teodoro says:
Estoy bastante de acuerdo con este articulo; pero siempre me pregunto ¿ a quien beneficia el ataque a los sindicatos, a quien beneficia el ataque a los partidos y sobre todo, a quien beneficia el ataque a las instituciones? Creo que el trabajo de los sindicatos es mejorable, creo que la corrupción en los partidos puede hacerse desaparecer y creo que las instituciones deben mejorarse. Y ¿ a quien beneficia que desaparezcan las autonomías y porqué ese empeño en su desaparición?. Lo de Europa señora Valiente y su premio novel me produce dudas y aún siendo europeista creo que el dominio franco-alemán es muy peligroso y dañino.
Jose Antonio Plaza says:
Enhorabuena Ana. Buen articulo, comparto muchas de tus afirmaciones. Pero también he de decir que los políticos (profesionales) y los partidos han de ponerse las pilas y recuperar la credibilidad perdida ante el pueblo. Y eso se hace desde la cercanía, la humildad y el consenso. Es decir, como bien apuntas, mejorando la calidad de nuestra democracia haciéndola mas representativa y no torpedeándola desde los medios de comunicación o desde las algaradas callejeras. Reformas si, revolución no. Debate sí, politización de la vida pública, no. Argumentaciones y debates sí, demagogias varias, no. Que quede claro. Me uno a tí.
edu g. iglesias says:
Ana Valiente vuelve a poner el foco de su artículo en una tendencia que, poco a poco, como lluvia fina, va calando en la ciudadanía según la cual los políticos son una “clase” privilegiada, cara e inútil que, ademas, está siempre presta a dejarse corromper. Y no. Tenemos que hacer todo lo posible por torcer esas teorías que ya sabemos a donde han conducido en muchos paises. Los políticos son fiel reflejo de la sociedad que tenemos, ni mejores ni peores que otros colectivos. Por eso es oportuno el articulo de la Sra. Valiente y debemos felicitarnos por ese premio de la paz a un continente escenario de tantas guerras.
Juan Carlos says:
Yo también soy (o fui) europeísta, pero debo reconocer que ahora es el momento de luchar porque cambie Europa. Hay que hacerla democrática de verdad y cercana de verdad. No puede ser que haya instituciones europeas en que no se vote a sus componentes o que se ponga el foco de atención en otra cosa que no sean las personas (Si, estoy pensando en el FMI, BCE y toda esa gentuza).
No puede ser que bajo pretexto de gobernabilidad no valga lo mismo el voto de cada persona y lo siento Ana, no se justifica que a la gente se la represente. Hay que conseguir que cualquier movimiento social sea ascendente: De las personas a la institución y que las instituciones sirvan a la sociedad y no al poder establecido.
Y digo esto, a pesar de un comentario que me ha gustado y que decía que los políticos son como el resto de las personas. Efectivamente. Sigamos cultivando la “telebasuradesinformativaydegradante” y luego quejémonos del país que tenemos.
Antonio says:
Muy buen artículo Ana, pero como en todo se puede discrepar. No me ha gustado el Nobel a la UE, porque no ejerce el liderazgo que tiene que ejercer ni ofrece las soluciones necesarias para las personas. En España no todos los votos valen igual, vale más un voto de Cuenca que uno de Madrid, no todos los votos a los partidos valen lo mismo, esto hay que cambiarlo. Como bien dices todo se puede mejorar, y como estamos viendo empeorar. Si los que empeoran las cosas, son los que alimentan la tormenta de las autonomías, será por algo.