L. Migas.- El jugador del Real Madrid, Pepe, cumplió 29 años el pasado 26 de febrero y, para celebrarlo, escogió un selecto local del barrio de Salamanca cercano al Parque del Retiro. Entre sus invitados, como no podía ser de otra forma, se encontraba Cristiano Ronaldo quien, al igual que Özil, adora los coches de lujo. Cuando quedaban apenas unos cientos de metros para llegar a la fiesta de Pepe, el coche de CR7 ‘pinchó’ en la Avenida de Menéndez Pelayo.
No era un Ferrari, como el de Özil, que días antes fue multado muy cerca de donde CR7 sufrió la avería: era un Lamborghini Aventador LP 700 valorado en 350.000 euros que no le duró ni un mes al de Madeira, incapaz de arrancarlo. Una grúa tuvo que acudir a llevárselo.
El último modelo de la exclusiva firma italiana de motor aguanto cientos de pruebas antes de salir al mercado del lujo pero no duró ni 30 días a los pies del futbolista. Otro ejemplo en apenas unos días de que la suma de futbolista, cochazo y barrio de Salamanca no tiene por qué ser glamuroso.