C. Muñoz*.- A pesar del bochorno y el calor que nos tiene a los madrileños abotargados, este miércoles 14 de agosto, víspera de festivo, nos deparó una serie de acontecimientos políticos que resulta interesante poner en relación. Parecía que la noticia de mayor calado político acontecía en la Audiencia Nacional.
Era el día señalado para que María Dolores de Cospedal acudiera a testificar en relación a la trama de corrupción y financiación ilegal del Partido Popular durante las últimas décadas.
No era la primera dirigente del Partido Popular que declaraba esta semana en relación a la querella presentada por Izquierda Unida y otras organizaciones contra el PP y empresarios corruptos (el expopular Álvarez Cascos y Javier Arenas acudieron previamente) y sin embargo, sí aconteció un elemento diferente, y no anecdótico, en su llegada a la Audiencia Nacional: la presencia en Madrid de un grupo de afiliados y cargos de Nuevas Generaciones del PP (incluyendo a secretarios generales provinciales y un alcalde popular). Megáfono incluido, recorrieron kilómetros hasta nuestra ciudad para jalear a la Secretaria General del Partido Popular. Lo que ocurrió a la llegada de su líder fue la vergüenza de ver cómo este grupo de jóvenes políticos de la derecha se mofaban y descalificaban a uno de los preferentistas estafados por Bankia, que se encontraban en la entrada de la Audiencia Nacional pidiendo la dimisión de Cospedal.
También en nuestra Comunidad Autónoma, en la localidad de Pinto, asistímos a una nueva muestra del “carácter democrático” del Partido Popular. Se celebró un encierro taurino, pagado con los impuestos de los vecinos (los mismos vecinos que sufren los recortes en Educación o Sanidad). Si no era suficiente con financiar esta celebración de la tortura con fondos públicos, se exhibió una gran pintada que ocupaba casi un tercio de la plaza, que rezaba así: “Adolf Hitler tenía razón”, y estaba flanqueada con una gran esvástica nazi. La pintada se mantuvo visible durante el transcurso de todo el evento, con la impasibilidad de los responsables municipales del PP, que no movieron un dedo ni antes del evento, ni durante el mismo, para taparlo. Y todo demócrata nos preguntaríamos aterrorizados ¿por qué no se movió un dedo contra esa salvajada? La respuesta es sencilla: porque no quisieron hacerlo los responsables políticos del Partido Popular, como demuestra que se subiera a la web del ayuntamiento una foto exhibiendo la pintada, y sin ningún comentario de repulsa o condena.
Y no son hechos de tiempos pretéritos. Son hechos que ocurren con total impunidad un miércoles cualquiera de agosto de 2013, reflejo de la situación política del Régimen que sufrimos. Se ríen de ancianos estafados por el sistema bancario que protegen. Se ríen de millones de víctimas del nazismo, de homosexuales, de judíos, de exiliados… Pero no son sólo sus escandalosas mofas lo que hace imprescindible un cambio.
Porque ésta es la gente que nos gobierna, mientras no apostemos por un cambio total. Y éste es el sistema que permite dejar en la calle a vecinos madrileños, como María Luisa, que a pesar de tener todos los pagos en regla y una casa a su nombre en la calle Ofelia Nieto (distrito de Tetuán), este miércoles tenía orden del Ayuntamiento de Madrid para desalojar su casa y ver cómo la derribaban.
El Ayuntamiento pretende la remodelación del barrio para convertir casas unifamiliares en bloques de pisos. Ni siquiera existe una sentencia en firme que obligue a las familias a marcharse de su casa, dividida en tres viviendas. Pero el Ayuntamiento debe tener muchos intereses en remodelar, construir o seguir especulando. Si no, no se entiende. Porque el Ayuntamiento realiza la expropiación, pero es una empresa privada, Ortiz Construcciones y Promociones S.A. (cuyo propietario está imputado en el caso Brugal por fraude, cohecho y trafico de influencias y en la trama Gürtel por financiación ilegal del PP) la que disfrutará de los beneficios de los terrenos adjudicados para la construcción de bloques de viviendas.
No es la primera vez que esta empresa “colabora” con la Comunidad de Madrid con multitud de “contratos” millonarios, y siempre bajo la sombra de la corrupción y pagos en dinero negro a cambio de contratas (veremos cómo avanza la querella ‘Bárcenas’). Pero por ahora, la única excusa dada por el Ayuntamiento para el desalojo de tres familias, ha sido la necesidad de ampliar la acera seis metros cuadrados. Diez personas, tres familias, tres generaciones alojadas desde 1957… a cambio de seis metros de acera.
Ésta es la España de los constructores corruptores, de los políticos corruptos, de la intransigencia absoluta y el legado del fascismo. Esa España la tenemos en Madrid, entre nosotros, y no se puede negar. Son quienes fracturan la sociedad, quienes tratan de imponer unas maneras de entender la vida que el 99% no deberíamos asumir ni comprender. Porque somos más los de “la otra España”. Quienes acuden a defender la dignidad y no cierran los ojos. Cada vez hay más ciudadanos que no van a mirar hacia otro lado asumiendo que existen políticos, empresarios y delincuentes que debemos asumir como mal menor.
‘La otra España’ la tenemos entre nosotros y acudió este mismo miércoles a defender a las tres familias que iban a ser desalojadas. Los vecinos de las familias de la calle Ofelia Nieto se echaron a la calle para acompañar a la familia en estos momentos dramáticos. Ancianos del barrio repartiendo octavillas y animando a la juventud a luchar por la dignidad de estas familias; vecinos que acampaban en la azotea del edificio para impedir el derribo; y gente de todos los barrios de Madrid que acudieron a centenares durante la noche y el amanecer para luchar contra esta vergüenza. Vocales del distrito, compañeros de Izquierda Unida, activistas de Stop Desahucios, prensa libre de Periodismo digno, compañeros de las asambleas populares, vecinos de todas las edades…
Representan ‘la otra España’; la que no especula ni hace saludos nazis, la que no se ríe de los estafados, la que trabaja dignamente. Y cada día estoy más convencido de que estos madrileños no son los únicos. Somos una mayoría social muy amplia la gente de a pie, los estafados, los que no recibimos sobres ni especulamos, los que sufrimos los recortes, los que no podemos permitir que jueguen con nuestras vidas. Las dos Españas no son las de los católicos y los ateos, las de los rojos y los azules… Las dos Españas son las de los estafadores corruptos y las de los trabajadores honestos estafados. Somos mayoría, pero debemos convencernos y debemos acabar con esa ruptura de las dos Españas que nos imponen. Porque hay alternativa.
* César Muñoz es Coordinador de IU Retiro y Miembro del Consejo Político Regional de Izquierda Unida de la Comunidad de Madrid.