C. Muñoz*.- Cuando vuelvo de una manifestación, o cuando leo la prensa para ver cómo ha estado la participación de algún evento reivindicativo, hay un elemento que se repite: la guerra de los números. Delegación de gobierno con los suyos, los organizadores de las manifestaciones con otros.
La misma plaza, repleta, puede llenarse con una inmensidad desbordante de gente o acoger a un insignificante número de alborotadores, según si Policía y gobierno ofrecen datos de concentraciones de católicos en contra del derecho al aborto o de manifestantes en defensa del derecho a la vivienda. Ni unos ni otros se equivocan por desconocimiento. Y tampoco esa prensa sujeta a círculos de poder económico-político.
Algo parecido ocurre cuando sí tenemos datos relativamente fijos (aunque hay que tener en cuenta siempre que los parámetros utilizados en las estadísticas son también relativos y subjetivos); cuando se publica la encuesta de población activa, las encuestas del CIS, los datos de desempleo, o la evolución del número de afiliados a la Seguridad Social, por ejemplo. En estos casos es la casta política la que pretende remarcar unos datos y dejar de lado otros, casi siempre con un propósito partidista y sin respetar a la ciudadanía a la que ofrece unos datos u otros.
En ambas situaciones, los números ya han perdido su significado. Han querido estirar tanto su propia realidad con datos, que no podemos creerles más y seguir defendiendo su honorabilidad. Porque hay demasiadas vidas detrás de sus juegos por perpetuarse en el poder. Maquillajes cortoplacistas y egoístas.
Según el PP, los datos del paro que acaban de publicarse, “son históricos”. Lo dicen con una sonrisa de oreja a oreja. Nos prometen tiempos mejores y la esperanza de una nueva España. Hay menos parados. Cierto. Posiblemente hemos tocado fondo y no pueden seguir estirando la estafa mucho más. Pero es vergonzoso que quienes han sido elegidos para gobernar nuestra Comunidad Autónoma y nuestro Estado oculten a la ciudadanía la otra cara de la realidad, que conocen perfectamente: hay menos empleo que hace un año, y el que hay, es de peor calidad: empleo temporal y precario, de baja calidad y con sueldos cada vez más desacompasados con los precios de nuestras ciudades y pueblos.
Nos insultan a los millones de españoles que estamos en paro, a los millones de españoles que vivimos bajo el umbral de la pobreza, y a quienes afortunadamente no han llegado a esos extremos pero que viven peor que hace unos años. Se están riendo de nosotros cuando presentan sus “datos históricos”.
Porque lo que realmente está siendo histórico es el exilio que han provocado décadas de estafa del Régimen, del bipartidismo aliado con quienes nos explotan. Porque ya somos el país europeo que más población pierde por la emigración, forzosa, como la de muchos amigos, familiares y conocidos, que ya no figuran como desempleados porque han tenido que abandonar sus familias y su tierra para poder sobrevivir y tener la dignidad que nos tratan de robar. Esos números también los ocultan, y no son sólo números.
Claro que son datos históricos: son los datos del gran exilio español. Si la generación de mis padres y abuelos tuvo que sufrir el exilio de la dictadura del nacional-catolicismo, nosotros somos la generación del exilio de la dictadura del bipartidismo capitalista.
* César Muñoz es Coordinador de IU Retiro y Miembro del Consejo Político Regional de Izquierda Unida de la Comunidad de Madrid.