Una cascada de agua brota de la parte superior de la Montaña de los Gatos del Parque del Retiro, que ha reabierto este miércoles 26 de julio de 2023 tras 21 años cerrada por falta de seguridad.
La Montaña Artificial de los Jardines del Buen Retiro conocida como La Montaña de los Gatos llevaba cerrada desde 2002.
Está ubicada en la esquina noreste del parque, en O’Donnell con Menéndez Pelayo, y es por todos conocida como La Montaña de los Gatos por ser un espacio frecuentado por los felinos asilvestrados que hay en el recinto.
El Ayuntamiento de Madrid anunció que abriría en mayo pero finalmente ha abierto a finales de julio, tras ocho meses de obras. Durante las obras se ha hallado un viaje de agua que conducía a una noria anterior al parque y los contrafuertes originales de la bóveda Se han solucionado los problemas de filtraciones de agua que motivaron su clausura en 2004 y se han restaurado las cascadas y el itinerario interior También se ha mejorado la percepción visual que se tiene de todo el parque desde la plataforma superior de la montaña. El coste de la obra ha sido de 2,1 millones de euros.
Así lo cuenta el Ayuntamiento de Madrid:
La ciudad de Madrid acaba de recuperar uno de los tesoros históricos más populares de los Jardines del Buen Retiro: la montaña artificial levantada en el siglo XIX por el rey Fernando VII, conocida como La Montaña de los Gatos por haber sido en el pasado espacio habitual para las colonias de felinos que poblaban este enclave de la capital. Ahora, tras ocho meses de trabajos y una inversión de 2,1 millones por parte del Ayuntamiento de Madrid, ha recobrado su esencia original y tanto madrileños como turistas podrán volver a visitar este espacio que permanecía cerrado al público desde hace dos décadas.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha visitado este punto emblemático de El Retiro para comprobar el resultado final de las actuaciones llevadas a cabo para la recuperación integral de este enclave, “uno de los lugares más icónicos de la ciudad”, y ha señalado que esta obra, de la que ha destacado su paisajismo, los espacios expositivos y la cúpula de cristal que permite ver el interior, “complementa un lugar como El Retiro, Patrimonio Mundial de la Humanidad, lugar de esparcimientos para los madrileños y un pulmón verde de la ciudad”.
Situada junto a la confluencia de la calle O’Donnell y la avenida de Menéndez Pelayo, la montaña fue concebida como un capricho de jardín de carácter arquitectónico, aunque el principal uso que se le dio hasta su cierre en 2004 fue el de sala de exposiciones. Ahora, con su reapertura, los visitantes podrán disfrutar del conjunto de la zona ajardinada y de la estructura exterior reformada, además de una muestra que acogerá desde este mismo miércoles el espacio abovedado interior. Esta exposición temporal permitirá conocer la historia de la Montaña de los Gatos, así como el detalle de los trabajos que se han llevado a cabo para su recuperación integral. La muestra estará abierta de 11:00 a 13:00 horas y de 18:00 a 20:00 horas.
El alcalde ha estado acompañado en esta visita por el delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, y el delegado de Limpieza y Zonas Verdes, José Antonio Martínez Páramo.
Las principales actuaciones: humedades, cascadas e itinerario interior
El interior de la montaña consta de un espacio abovedado de planta circular abierto con un óculo superior del que nacen cuatro galerías abovedadas que discurren por el interior del cerro artificial. El primero de estos pasillos, dispuesto en el eje perpendicular a la calle O’Donnell, hace las veces de acceso. Los otros tres nacen desde el espacio interior, avanzan bajo la montaña en direcciones opuestas hacia los estanques del perímetro en busca de la caída de agua de las cascadas exteriores.
Uno de los objetivos prioritarios de estos trabajos era el tratamiento y la eliminación de las humedades producidas por filtraciones registradas en el interior de la sala y en la bóveda de la propia montaña. Para ello se ha mejorado su cubrición, teniendo en cuenta que en el momento de su construcción fue ‘enterrada’ con tierra y vegetación para crear sobre ella la montaña artificial. En lo que afecta a la bóveda, se ha respetado la construcción original, lo que ha implicado mantener su volumen, de 14 metros de diámetro y 11 metros de altura.
La montaña cuenta con una serie de pequeños senderos ajardinados ascendentes rodeados perimetralmente de un conjunto de estanques sobre los que vierten tres cascadas artificiales dotadas de un sistema hidráulico de recirculación. En este punto, se han llevado a cabo varias actuaciones. En primer lugar, se han recuperado las cascadas y las láminas de agua, al tiempo que se ha llevado a cabo una adaptación de las zonas arbustivas y del patrimonio vegetal.
Dentro del propósito de devolver el espíritu original a este espacio, además de la estructura también se ha restaurado el trazado interior de la montaña y se ha renovado el firme de los caminos que integran este recorrido. En lo que concierne a los elementos patrimoniales del conjunto, se han consolidado y revalorizado.
Asimismo, se ha procedido a la renovación de las instalaciones de iluminación y de la red de riego, que se ha adaptado a la nueva vegetación. Finalmente, y como resultado de todo ello, la percepción visual que se tiene del parque desde la plataforma superior de observación se ha mejorado notablemente, lo que supondrá un aliciente más para su visita.
Hallazgos: una galería de agua y los contrafuertes de la bóveda
Al margen de los trabajos de recuperación, durante la realización de estas obras se han producido hallazgos arqueológicos relevantes que incrementarán aún más el interés y el valor de este espacio. En concreto, se ha encontrado un viaje de agua que conducía a una noria, anterior a la construcción del parque, unos restos arqueológicos que van a quedar a la vista de los visitantes a través de una pantalla de cristal. Los viajes de agua conformaban el sistema utilizado hasta mediados del siglo XIX en Madrid para la distribución de agua a través de una gran red de galerías subterráneas.
Junto a ello, también han aparecido los contrafuertes originales que han sujetado la bóveda desde su construcción y parte de ellos también permanecerán descubiertos a partir de ahora, con el fin de que puedan ser contemplados por el visitante a través de un cristal.
Cerrado y vallado desde 2004
Fue en 2002 cuando el espacio abovedado interior de la montaña acogió su última exposición. Desde entonces, no ha tenido ningún uso ni se ha permitido el acceso debido a los riesgos detectados en su estructura y que podían afectar a la seguridad. No en vano, en 2004 comenzaron a registrarse desprendimientos en su interior. Se cerró entonces la zona reservada a las exposiciones y posteriormente, en 2005, se procedió al vallado de todo el conjunto.
Un estudio realizado por la Dirección General de Gestión del Agua y Zonas Verdes, dependiente del Área de Medio Ambiente y Movilidad, llegó a la conclusión de que la instalación no era segura para el acceso del público. La razón, unas filtraciones de agua que se producían en su interior.
Coincidiendo con el 150 aniversario de El Retiro, se convocó en 2018 un concurso público para la rehabilitación del espacio. Este proceso quedó desierto, lo que impidió la reactivación del espacio. Hasta que, en mayo del pasado año, el Gobierno municipal autorizó en Junta de Gobierno un contrato para la ejecución de las obras que arrancaron el pasado mes de octubre y ahora han finalizado.
Un capricho de Fernando VII
La Montaña Artificial o de los Gatos es uno de los caprichos que el rey Fernando VII promovió en el Reservado del Parque del Retiro, la zona que delimitó para su real disfrute y el de su familia y sin acceso público.
Las obras se iniciaron en 1817. Fue nombrado director de este jardín romántico Bernardino Berogán, incluyéndose en su perímetro esta montaña cubierta de vegetación diversa y coronada su cima por un templete, ya desaparecido, que servía de observatorio. Este templete, de rasgos orientales estaba configurado por tres torres, una central de planta octogonal y dos cilíndricas en los extremos, unidas por una arquería. La parcela en la que se levantó se extiende desde la esquina noreste de los jardines, en la entrada de la Puerta de O’Donnell, hasta los parterres colindantes y la Casita del Pescador. Berogán proyectó otras edificaciones en el parque, construidas por el arquitecto real Isidro González Velázquez, como la propia Casita del Pescador, la Casa del Contrabandista, la Casa del Pobre, la Casa Rústica, la Pajarera, la Casa de Fieras o el Embarcadero del Estanque Grande.
La ría y el estanque que se encuentran a sus pies, originariamente contaron con peces y gansos, y la parte superior de la cascada estaba coronada por la cabeza de un león de yeso. Esta construcción fue bautizada por los madrileños de la época de diferentes formas a la Montaña Rusa, El Tintero, por la forma que tenía vista desde lejos, o de los Gatos ya que durante un tiempo era el lugar en el que la gente se deshacía de sus gatos convirtiéndose en hogar de los felinos callejeros.
Dos décadas abandonada
Esta joya del siglo XIX, construida por orden de Fernando VII, lleva cerrada al público desde 2002 -año en el que su galería albergó la última exposición– por la falta de seguridad de la infraestructura, debido las filtraciones de agua del interior.
En 2004 comenzaron a producirse desprendimientos en el interior y se cerró la zona de muestras, gestionada la Junta de Distrito de Retiro dependiente del Ayuntamiento de Madrid. Primero se valló la zona superior y después toda la montaña.
Con el objetivo de que este patrimonio se recupere para la ciudad de Madrid, la Junta de Gobierno ha autorizado un contrato y un gasto plurianual de 2.638.090 euros para llevar a cabo una remodelación integral que se iba a realizar durante 7 meses (finalmente han sido 8), estando previsto que comiencen las obras en septiembre de 2022 por lo que será visitable en verano de 2023.
Primará en todo momento el respeto a la construcción original, respetando el volumen de la bóveda -formada por una cúpula de 14 metros de diámetro y 11 metros de altura-, y mejorando su cubrición, ya que fue construida para ser cubierta con tierra y vegetación creando una montaña artificial.
La adecuación del espacio exterior busca recuperar la estructura y los caminos que existían inicialmente, manteniendo la zona superior de observación y los elementos de evocación pintoresca como las cascadas.
Desde 2004 no se ha hecho nada.
En 2018, coincidiendo con el 150 aniversario del Parque del Retiro, se convocó un concurso público para la rehabilitación del espacio, pero quedó desierto.
La parcela donde se ubica La Montaña de Gatos se extiende desde la esquina noreste de los Jardines del Buen Retiro, en la entrada de la Puerta de O’Donnell, hasta los parterres colindantes y la Casita del Pescador.
Se trata de un terreno terrizo que comienza al cruzar la puerta y que da la bienvenida a los usuarios provenientes del exterior del parque, desde el que se percibe la vista más representativa de la montaña, con las extintas láminas de agua y la cascada y su abundante vegetación.
La montaña cuenta con una serie de pequeños senderos ajardinados ascendentes rodeados perimetralmente de un conjunto de estanques sobre los que vierten tres cascadas artificiales dotadas de un sistema hidráulico de recirculación. La intervención permitirá recuperar las cascadas y láminas de agua; mejorar el trazado y la renovación de los caminos interiores. Se consolidarán los elementos patrimoniales y se adaptarán las zonas arbustivas y el patrimonio vegetal al espacio, renovando también la iluminación y el sistema de riego.
El interior de la montaña, donde se organizaban las exposiciones, consta de un espacio abovedado de planta circular abierto con un óculo superior del que nacen cuatro galerías abovedadas que discurren por el interior del cerro artificial.
El primero de estos pasillos, dispuesto en el eje perpendicular a la calle O´Donnell, hace las veces de acceso.
Los otros tres nacen desde el espacio interior, avanzan bajo la montaña en direcciones opuestas, hacia los estanques del perímetro en busca de la caída de agua de las cascadas exteriores.
Limpieza y reparación
Las operaciones de limpieza y reparación que se han llevado a cabo tan solo incluirán elementos indispensables en sustitución de algunos que fueron introducidos en la década de 1980 para garantizar el correcto funcionamiento de la edificación.
Con el fin de ofrecer a la construcción las condiciones idóneas, se desmontará también un casquete ejecutado en los años 60, se vaciará el interior de la peana del templete, se levantará el pavimento hasta alcanzar la bóveda, y se construirá bajo el solado una plataforma de cámara ventilada que permita integrar un sistema mecánico de extracción y control de la humedad interior.
Esta joya histórica se erigió bajo la dirección de Bernardino Berogán, quien proyectó diversas edificaciones en el parque de El Retiro, construidas por el arquitecto real Isidro González Velázquez, como la Casita del Pescador, la Casa del Contrabandista, la Casa del Pobre, la Casa Rústica, la Pajarera, la Casa de Fieras o el Embarcadero del Estanque Grande.
Tras más de dos décadas cerrada las obras, han destapado alguna sorpresa como restos arqueológicos o los soportes originales de la estructura.
Más de 600 plantas cubren las laderas de esta montaña hueca.