F. Mollá.- Una combinación equilibrada de sustancias activas vegetales originales de Brasil ha demostrado tener efectos beneficiosos en la salud de nuestra piel, reforzándola y revitalizándola. Y dado el probado resultado de su aplicación en la dermis, el spa de Reebok Sport Club ha traído este tratamiento desde el otro lado de Atlántico hasta su centro de Serrano 61, para que las vecinas del distrito de Salamanca puedan probar lo que el aceite de cumarú, el de priprioca o los extractos de araucaria pueden hacer por su piel.
Solicitar el tratamiento al que han llamado como el país desde el que provienen sus activos, Brasil, es trasladarse a las selvas de este país del sur de América. Para preparar la piel, la sesión de belleza comienza con una masaje realizado con esponjas procedentes desde el otro lado del charco, cuya espuma caliente logra eliminar las células muertas y descamaciones superficiales de la piel, “dotando a la dermis y de un frescor y lisura inigualables”, explica a Zonaretiro la responsable del, Noemi Gallo.
“Este masaje recuerda la humedad extremadamente alta de la selva tropical, al combinarse con una ‘lluvia’, que recreamos pulverizando los productos creados con el cumarí, la priprioca y la araucaria”. Tras eliminar la humedad con compresas muy calientes, comienza un masaje relajante que comienza por los pies para continuar por la parte delantera del cuerpo, utilizando un gel especial y chorros de agua caliente que crean una espuma con un agradable aroma que traslada al que solicita el tratamiento a una atmósfera especial y le prepara para el peeling previo al masaje en sí.
Los productos con los que se combinan los masajes circulares son diversos: coco, limeta, bergamota, mandarina, muguete, jazmín e hibisco, almizcle de Tonkin, maderas tropicales… También se utiliza el aceite de cumarú, procedente del árbol de cumarú, también conocido como charapilla o shihuahuaco, muy apreciado por los indígenas brasileños gracias a sus múltiples propiedades curativas y cuyas semillas desprenden un aroma similar a la vainilla y ayudan, una vez fermentadas en forma de alcohol, a aliviar las mordeduras de serpiente, el reuma o la tos.
El aceite de estas semillas se emplea en caso de dolores de oído y cura infecciones. Es rico en ácido oleico y linolénico, lo que contribuye a las funciones de defensa propias de la piel y contibuye a que la piel recupere su tacto terso y suave y una estructura uniforme, fina y lisa. El aceite de priprioca, procedente de esta planta acuática similar a la caña que sólo crece en la selva tropical de Brasil, se logra del extracto de sus raíces y contiene aceite etérico y numerosas sustancias vegetales secundarias, como los flavonoides, las saponinas y los taninos, que tienen un altísimo potencial antioxidante, vitalizan la piel y la protegen de forma eficaz contra los radicales libres.
El extracto de las semillas del árbol araucaria, ricas en azúcar, minerales, proteínas y vitaminas, ayudan a combatir el cansancio y el agotamiento. Y, sobre la piel, tienen un efecto estimulante de todas las funciones gracias, sobre todo, a su gran cantidad de vitaminas y minerales. Además, continenen flavonoides, altamente eficaces como captadores de radicales libres, por lo que protegen la piel contra el sol. Y, finalmente, el jugo de yacón, que contiene 100% de zumo del tubérculo o raíz de la planta yacón, también denominada “hojas de yacón”, es rico en azúcar, polifenoles y minerales, y tiene un efecto estimulante del metabolismo cutáneo y aporta una hidratación intensiva.
Su combinación despierta los ánimos y relaja la piel, que deja tersa y suave. “Y los resultados son sorprendentes: la piel se reanima y refuerza, además de humedecerse y revitalizarse”, explica Noemí Gallo. Y sus beneficios pueden aprovecharse tanto en el cuerpo como en la cara, ya que al tratamiento corporal añaden el facial, más suave pero con idéntico resultado en la piel”.