C. Linares- Las obras de restauración del Teatro Fernán Gómez de la Plaza de Colón, financiadas por el Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local, ya han tocado a su fin, y quienes han tenido la oportunidad de pasar por la zona este fin de semana han podido aprecitar el lavado de cara notable del teatro.
Después de una década, la cascada de plástico devuelve su sitio a una de agua de 75 metros que cubre su nombre y muere en el estanque frontal como la original. Una cortina acuática formada por 1.900 toberas, que no causará los problemas de filtraciones que originaba la anterior y de la que desde dentro no se oirá ni gota: otra de las quejas de los espectadores.
Su principal atractivo reside en que las toberas están controladas por ordenador y, junto con las nuevas luces subacuáticas, son capaces de hacer un espectáculo de formas y colores en que caben hasta mensajes escritos (ver vídeo).
Además, según el Ayuntamiento, el coste de su funcionamiento es menor, con un ahorro del 90%: se ha pasado de 550 a 50 kilovatios y ahora se recicla el agua del vaso inferior, y los antiguos focos se ha sustituido por otros de tecnología led.
De puertas para adentro, las actuaciones de acondicionamiento han consistido en la mejora y adecuación de accesos, vestíbulos y oficinas. Todo, a cargo del arquitecto Justo Benito.
Aunque por el agua apenas puede verse, tras el estanque se ha construido una nueva zona de oficinas, que goza de luz natural, situada debajo del plano de la antigua cascada. La disposición mantiene la configuración original.
Fotos: Zonaretiro.com
Juan Acne says:
Muy bien, gran idea, queda bien y encima ahorras agua