Y por fin dijo una verdad

Madrid,

A. Valiente*.- Después de tantas mentiras durante meses, dijo una verdad. Ha pasado casi de puntillas en los medios de comunicación pero por fin hemos oído al Presidente del Gobierno decir una verdad: “soy el presidente de un gobierno de derechas”.

Si dices que vas a hacer una cosa y haces la contraria, estás mintiendo. Si pulverizas punto por punto el programa electoral con el que has ganados las elecciones, estás mintiendo. Si olvidas e incluso niegas las promesas electorales que has hecho durante la campaña, también estás mintiendo.

Una pancarta en la marcha de este jueves 19 – J. M. Avedillo

Son mentiras especialmente repugnantes porque esas mentiras fueron votadas por los ciudadanos y estoy segura que de buena fe. El 9 de julio en su discurso ante el Parlamento, Rajoy por fin dijo la verdad. Ya no se declaraba de centro, ni de centro-derecha, ni de extremo centro,   ni siquiera reformista…. No, no, dijo de derechas.

Ser Presidente del Gobierno, sobre todo en las circunstancias actuales, es tomar decisiones, es tener que elegir entre distintas opciones. Y en esa toma de decisiones no es lo mismo ser de derechas que de izquierdas.

Los sesenta y cinco mil millones de euros, no los saca del mismo sitio un gobierno de derechas que uno de izquierdas, es muy distinto. Un gobierno de derechas no los saca del impuesto del patrimonio, ni de los impuestos a grandes fortunas o de las ganancias del capital, ni de tasas a transacciones financieras, ni de perseguir la evasión fiscal y de capitales, ni de eliminar desgravaciones fiscales injustas…. No, eso no sería de derechas.

Recortar la dependencia, la protección al desempleo, bajarle el sueldo a los funcionarios, recortar en sanidad y educación públicas (a ver si de paso abrimos espacio para el negociete privado)… eso sí que es ser de derechas. Draghi es de derechas, y por eso dice que lo que hay que hacer es recortar más los gastos. De derechas era desregular los mercados para que ellos solos se autoregulasen (no fuera que alguien nos fastidiase el negocio) y así nos ha ido. Y lo malo es que la izquierda lo dio por bueno, y así nos ha ido.

Ser de derechas es el todo vale con tal de ganar dinero, y caiga quien caiga, que si tengo algún remordimiento ya me será perdonado. Ser de derechas posiblemente sea no saber lo que es remordimiento, o por lo menos no tener remordimiento por tener un capitalito en algún paraíso fiscal, mientras aquí se suben las tasas universitarias. Ser de derechas es pensar que de los desfavorecidos se ocupará la caridad y la beneficencia.

Ahora lo ha confesado. Rajoy es de derechas. Ya lo sabíamos pero ahora lo ha dicho. Los que estuvimos en la manifestación el día 19 ya sabemos a qué atenernos.

* Ana Valiente es vocal vecina del PSOE en el Distrito de Salamanca.

Comentarios

  • Miguel Gómez says:

    Y por cierto Ana, donde estan los que votaron, esos funcionarios que ahora salen a la calle y noviembre les votaron. Nadie a conseguido en tan poco tiempo enfadar a tanta gente. Por fin muchos trabajadores se han dado cuenta de que lo son. Cuando hablaban de recortes pensaban que eran para otros y ahora han visto para quien gobierna de verdad la derecha, para los muy ricos, no para las clases medias.

  • Juan Carlos says:

    Habría que gobernar para todos y como esto nunca sería posible, gobernar para la mayoría.
    Lo que pasa es que la mayoría no se esfuerza. No tiene suficiente disciplina para imponerse a los demás.
    El objetivo vital de la derecha se configura entonces imitando a los tarados que se esfuerzan en tener más que otros, en ser más que otros, en mandar mas que otros.
    Una cosa es que siempre tengan que existir élites y es natural que las élites sean las que dirijan.
    Otra muy distinta es confundir el valor de la persona con su cuenta corriente y ceder al miedo que obliga a blindarse frente a los otros.

    Porque hay que blindarse, no vaya a ser que el vecino sea más listo o más capaz.

    Y ante la duda, convertida en terror, se impide que la gente pueda estudiar, no vaya a ser que se descubra que hay gente más lista. Tampoco tienen que tener salud, no vayan a ser más fuertes.

    En cualquier caso, si después de todo alguien se queja, siempre se le puede decir que no se esforzó lo bastante. Al menos no tanto como los niños de papá, que esos triunfaron, no por poder comprarlo todo, sino porque esos, si que saben esforzarse.

  • Anacleto says:

    “Ser de derechas es el todo vale con tal de ganar dinero, y caiga quien caiga, que si tengo algún remordimiento ya me será perdonado”

    Vaya, no sabía que Roldán, Barrionuevo, Vera, González, Pepiño, Salanueva, el patillas, Chaves Paula, Iván y Manolo, etc, etc, etc, eran de derechas…

  • Muy bien traido Anacleto, el desfile de personajes a los que haces mención, todos amparados por el puño y la rosa falsoprogre, en el fondo son más derechas que los que reconocen serlo. Una de las cosas que más aborrezco es el sectarismo barato que se practica en la política de este país y, por extensión, en el resto de ámbitos de nuestra vida. La señora que suscribe el artículo hace gala en este artículo del sectarismo al que me referían anteriormente, ahora parece que los únicos que han mentido son los derechas, pues para que lo sepa MIENTEN TODOS… Sra. Valiente, hace Vd. buen honor a su apellido cuando se atreve a publicar semejante sarta de falacias sin hacer un poco de autocrítica y sin reconocer que MIENTEN TODOS. Bueno yo también miento, tengo que reconocer que lo único que me resulta salvable de su artículo es lo siguiente: “Y lo malo es que la izquierda lo dio por bueno, y así nos ha ido”… Hay que tener un poquito de más vergüenza y recapacitar sobre lo que se escribe, se lo dice uno que ha votado a su partido, al contrario y al de más allá…. y que empieza ya a estar harto de tanta falsedad y tanta doctrina barata y mediocre que nos ha llevado a donde estamos.

  • Sánchez says:

    Cuando oigo el calificativo “sectario” me alarmo. Si va unido al contundente argumento “y vosotros más” me echo mano a la cartera. No todas las mentiras son iguales. Las del Sr. Bernal me importan un bledo. Las del Presidente del Gobierno debieran ser perseguibles por la justicia. ¡Ay, la Justicia!

  • Sr. (o Sra.) Sánchez, para mí las mentiras de los políticos son todas iguales vengan del partido que vengan, me parecen una traición a la confianza depositada en ellos para la gestión de la que son responsables. ¿Sólo serían perseguibles por la justicia las mentiras y las acciones de gobierno del actual presidente?, ¿las de los anteriores presidentes no le parecen perseguibles?… Me extraña entonces que se alarme al oir el calificativo de sectario, a mí me alarma más no el oirlo o decirlo sino el padecerlo día a día. Por cierto, quizás le importe también un bledo mi respuesta pero le agradecería que me argumentara en qué miento.

  • Francisco says:

    Como no me va el dedo, de acuerdo con Bernal, eso si en casi todo, no soy de los generalistas cuando dice que mienten todos, pero es verdad que necesitan autocritica.

  • Si Bernal dice “Bueno, yo también miento”, le creo y digo que sus mentiras me importan un bledo. Y entiéndase bledo sin el ánimo despectivo que se le da a esta expresión, sino como expresión de que me importan muy poco. Si la autora del artículo habla de las mentiras de Rajoy, a ellas me refiero como graves. Especialmente graves por reiteradas, por haber constituido propuestas que fueron votadas por los ciudadanos, por ser dichas por el Presidente del Gobierno. Eso es lo que me parece gravísimo. No estoy hablando de las mentiras de los demás, que me afectan poco o nada. Estoy hablando del candidato y después Presidente del Gobierno que dijo que no iba a subir impuestos, que no iba a tocar la sanidad pública, que no iba a tocar el paro, ni a los funcionarios, ni la educación, ni el despido….. Todas esas mentiras (y las que se pueden constatar en cualquier hemeroteca), o promesas incumplidas, o como quieran llamarlas me afectan directamente a mí y a millones de ciudadanos. De ésas hablo (y creo que la autora también), no de las del resto de la humanidad.

  • Francisco says:

    Sanchez, ¿crees que el resto de mentiras de políticos, de sindicalistas, de cabezas de organizaciones o de prensa no te afectan?¿ de verdad solo crees que te afectan las de Rajoy y el resto no? ya se que hay que apoyar a los de uno y atacar al contrario, cueste lo que cueste, da igual lo que diga, como piense o la situación, da igual que sea o no mentira, se le acusa, que algo queda.

    Creo que todas las mentiras, da igual el color que lleven son negativas, incluso las mentiras o mala praxis de las cabezas o mensajeros.

  • Sánchez, a mí me afectan tanto o más que a Vd. las mentiras del Sr. Rajoy que son las que estamos sufriendo en la actualidad, pero también es cierto que hay que tener un poquito de “memoria histórica” reciente y reconocer que todo es una cadena de mentiras de ahí que dijera y sigo manteniendo, aunque con honrosas excepciones, que “MIENTEN TODOS”. Por cierto, la autora ¿qué pretendía que dijera? si es militante del PSOE, aunque hay que reconocer que en su artículo hay un pequeño atisbo de autocrítica (“Y lo malo es que la izquierda lo dio por bueno, y así nos ha ido”). Por último, estoy completamente de acuerdo con Francisco en que no sólo las mentiras del Sr. Rajoy nos afectan, todas contribuyen a empeorar aún más la situación en la que estamos y a proyectar una imagen hacia el exterior de país poco fiable.

  • Si hay excepciones, no mienten todos. Si mienten todos, no hay excepciones. Si Rajoy dice que presionó a Merkel para que diesen a la banca española una línea de crédito y era mentira (que no lo sé) estoy seguro de que las consecuencias podrían ser graves, solo por el hecho de que es Presidente del Gobierno de España. Esa misma mentira (si lo fuese que no lo sé) dicha en este mismo momento por el mismísimo Zapatero (por mentar a la bicha) no tendría las mismas consecuencias, e incluso ninguna, más allá de la bilis que destilaría la caverna. E insisto; si el artículo es sobre las mentiras de Rajoy, comento sobre las mentiras de Rajoy, y si fuera un blog de cocina daría una receta.

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