Otra vez los funcionarios

Madrid,
Los funcionarios de la Junta de Retiro en un ‘viernes negro’ – ZR

A. Valiente*.- Ahora cuando un niño o una niña no quiere comer se les amenaza con: “si no  comes, llamo a un funcionario”. y el niño piensa en una persona con rabo y cuernos y sin mediar palabra y con los nervios a flor de piel se lo come todo.

Quizá este tema sea poco original porque se ha hablado mucho de él. Y aunque los funcionarios se han defendido en la red, he visto pocos artículos en la prensa convencional apoyando al funcionario. A los funcionarios se les ha demonizado porque se les ha creído culpables de todo.

Se pensaba que bajándoles otra vez los salarios se arregla todo y, no contentos con ello, se les volverá a bajar. Lo he leído en el ABC que es “palabra del PP”.

Tal vez tengan razón y los funcionarios sean los causantes de todo, porque funcionarios son los policías que no han detenido al director del banco que permitió que un analfabeto que firmaba con la huella dactilar fuera estafado y metiese todos sus ahorros en participaciones preferentes.

Son también funcionarios todos aquellos que no denunciaron a esos concejales de urbanismos que permitieron especular con el suelo. Funcionarios son también todos los que han permitido tener una enseñanza universal, pública, de calidad, gratis y barata, y que ha contribuido a pensar que estábamos en la vanguardia del primer mundo. Igual que los funcionarios que han elevado nuestra sanidad pública a cotas de calidad indiscutidas tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, en un sistema nacional que, hasta ahora, era público y gratuito.

No olvidemos que por encima de un funcionario hay siempre un cargo político.

Cuando defendemos a los funcionarios hablamos casi siempre de la Seguridad, la Educación y la Sanidad, parcelas que podríamos calificar de insustituibles. Sin embargo, existe una categoría profesional poco reconocida porque no tiene  un escenario  público donde poder brillar,  pero sin su labor sería muy difícil que el resto de estamentos funcionasen bien, incluso diría más, que funcionasen. Me estoy refiriendo a los inspectores.

Inspectores son los que vigilan que las normas se cumplan. Los Inspectores de salud pública, muy ocupados ahora intentando que el brote de legionela de Móstoles no cause más víctimas, son los que vigilan que lo que comemos se pueda comer, o que lo que respiramos se pueda respirar.

Los Inspectores de trabajo que evitan abusos y que han conseguido que los accidentes laborales, sobre todo en las obras, hayan disminuidos sensiblemente.

Inspectores de consumo, que garantizan que no te den “gato por liebre”.

Y tantos otros.

Si no se hubiesen privatizado tantos controles, si no se hubiesen desregulado tantos mercados, tal vez estaríamos hablando de otras cosas y nos preocuparían otras muy distintas. Si los inspectores de Fukushima, según leemos ahora en la prensa, hubieran sido más rigurosos y más independientes, quizá la historia se hubiese escrito de otra forma.

Los funcionarios son los profesionales de la función pública que trabajan por y para el interés público. A todos ellos independientemente del nivel, del puesto que ocupen y del trabajo que desarrollen: ¡GRACIAS!

Desde hace un tiempo, todos los viernes me encuentro a gente vestida de negro, muchos de ellos llevan una camiseta que dice “Una Vez Yo Tuve Derechos sociales y laborales”. Deben ser funcionarios porque, a uno de ellos, que todavía tiene secuelas de opositor, en un descuido, le he visto el rabo y los cuernos.

Comentarios

  • Juan Carlos says:

    Es muy difícil que la gente pueda entender y más aún, que llegue a impedir la profunda inmoralidad que supone el que un “espabilao” pueda apropiarse de recursos naturales, infraestructuras públicas y mano de obra, personas, por el simple motivo de llegar a enriquecerse. Porque ellos lo valen.

    El planteamiento correcto sería ¿Qué necesita la sociedad? ¿Cuanta gente tiene que comer, que vestir, que lavar la ropa? Y así, destinar los recursos necesarios para que eso suceda.

    Vale decir que un día, el frutero, el albañil, el maestro, el ama de casa, etc. serán todos funcionarios. Y ya se encuentra en la mente de mucha gente, que hay recursos naturales, tecnológicos, etc. más que de sobra, para que el mundo sea un paraíso, donde todas las personas puedan tener lo necesario para su evolución integral, y esto incluye tener cubierta la salud, educación, la alimentación y todas esas cosas que decía la cada día más lejana declaración de los derechos humanos.

    Todos funcionarios. Porque queremos que la gente trabaje en lo que hace falta y no para enriquecer a los listos.

  • Francisco says:

    Bueno, este es un tema delicado, una cosa, para empezar, lo de los inspectores, que no todos son los grandes defensores, todavía no conozco un inspector de cursos del inem que haga bien su trabajo, ni uno, o inspector de aguas de castilla la mancha (se me escapo el puesto y todo) que no se ponga duro y cierre los pozos ilegales, que todos saben donde estan y asi una lista de puesto de inspectores, que no cumplen con su cometido, lista bien larga.
    Los funcionarios deberían ser despedibles, así, los buenos funcionarios se les podria premias y no se sentirían disminuidos por los funcionarios vagos que tendrían que irse a la calle.
    Otra cosa mas, esta un pelín anclada en el pasado, el ABC hace mucho que dejo de ser la palabra del pp, un día, en otro foro, explicaremos las diferencias entre el ABC y las ideas del pp, que algunas coincides, pero otras muchas no.
    En resumen, si a la posibilidad de despedir a un funcionario, para cuidar la calidad y a los buen funcionarios ( quien no ha visto un departamento, donde el único que trabajaba se canso de hacerlo)

  • Todo pura demagogia. Como he comentado alguna que otra vez, insisto en que los culpables de la “demonización” de los funcionarios (los de verdad, los que han tenido que pasar por pruebas selectivas sujetas a los principios de igualdad, mérito y capacidad) son los propios políticos que vía “Estatuto Básico del Empleado Público” difuminaron el prestigio y el buen hacer de los funcionarios de verdad mezclándolos con el resto de especies que se engloban en el término “empleado público”. Se abrió la veda para la contratación, a veces indiscriminada y poco justificada, de personal por parte de todas las Administraciones Públicas, lo que sumado al escaso interés por el establecimiento de objetivos y la evaluación del desempeño ha derivado en lo que tenemos: unas Administraciones con unos recursos humanos inflados, mal gestionados y, en general, poco motivados. Es una pena para los funcionarios de verdad el que tengan que pagar con sus derechos y con su sueldo las nefastas gestiones de los políticos, los verdaderos culpables de todo este desaguisado… lo primero que tendrían que hacer los señores y señoras que viven de la política es echarle narices, reducir su número y rebajarse prebendas y privilegios. En definitiva, tener un poquito de vergüenza y predicar con el ejemplo, de esta forma me empezaré a creer que de esta ruina se sale.

  • Francisco says:

    Es verdad Bernal que hay que reducir el numero de políticos y también es verdad que hay un numero excesivo de funcionarios, por eso creo que el poder despedirlos si no hacen su trabajo es la única solución (osea, que sean como todo hijo de vecino)

  • Jose Antonio Plaza says:

    Personalmente siempre he abogado por una profunda reforma de la función pública. El funcionario se creó como muy bien dice la Sra Valiente para ser independiente del poder politico y evitar que se repitiese el colapso de la Administracion española de finales del S. XIX. Pero hoy, con la presion sindicalpor abajo de hav¡cer funcionario a todo quisque y de los politicos por arriba (lease puestos de kibre designacion/destitucion, la figura del funcionario ha quedado desleida como azucarillo en café. Un funcionario ha de ser independiente, preparado, bien pagado y vigilado. ¿de que sirve que una dministrativo sea funcionario? ¿para que se niegue a pasar un papel al word alegando que no está en su convenio? (verídico). Funcionario debería ser el que tiene una responsabilidad grave para con el Estado: los inspectores que menciona el articulo, los que tiene que resolver un contrato público, los legisladores de un plan urbanistico…pocos, buenos, bien pagados y muy vigilados, insisto. Lo que tenemos hoy es una perversion de un buen sistema, se mire como se mire.

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