Negocian con nuestra sangre

Madrid,

C. Muñoz*.- Quien no quiera entender que existe la derecha y la izquierda, y que lo público, la vida en común de comunidades de ciudadanos (municipios, regiones, estados…) se puede gestionar de maneras muy distintas, es que no conoce el día a día del funcionamiento de su pueblo, su barrio o su ciudad, y de cómo nos afectan las decisiones políticas.

Muchos se empeñan en seguir ocultándonos que hay alternativas que favorecen o bien a las mayorías o bien a unas minorías. Que la política no es una cuestión meramente técnica, sino básicamente, ideológica.

Algo tan importante para la vida de muchos de nosotros, vinculado al progreso de la ciencia y de la humanidad, es el sistema de donación de sangre. La solidaridad del pueblo con el pueblo. Un ejemplo cotidiano de cómo contribuir a una sociedad construida por la mayoría para la mayoría, en la que somos capaces de dar lo más preciado de nuestra vida, la sangre, para salvar la vida de un vecino o ciudadano al que ni siquiera conocemos. Un acto de solidaridad popular. Un acto ideológico.

Desde hace más de 25 años teníamos la suerte de contar con el Centro de Transfusión Público. Sin embargo, el 23 de diciembre de 2013, se firmó un convenio entre Cruz Roja y la Comunidad de Madrid por el que la organización privada se hizo cargo de toda la extracción de sangre durante seis años, siendo el presente año 2014 un período de transición en el que la empresa privada recoge cerca de la mitad. El Centro Público de donaciones tendrá que regalar a la entidad privada todos los equipos, vehículos y el caro material que hemos pagado los ciudadanos, además de ceder la base de datos pública.

Pero queda por entender la peor parte del negocio: los madrileños pagaremos con nuestros impuestos estas políticas neoliberales. El Servicio Madrileño de Salud tendrá que asumir el coste de cada bolsa de transfusión que le entregue Cruz Roja, además de perder un servicio público tan necesario.

Favorecer políticamente a una empresa privada y perjudicar políticamente a la mayoría: nos costará unos 52 millones de euros lo que se suponía que era una donación voluntaria y solidaria. Venden nuestra sangre, pero después debemos pagarla.

Puestos de trabajo en peligro, mercadear con nuestra solidaridad ciudadana, negocios de la salud pública en manos privadas (es necesario recordar que el presidente de Cruz Roja abandonó ese cargo recientemente por estar implicado en casos de corrupción)… comerciar con la salud pública al fin y al cabo.

No es una cuestión técnica, sino ideológica. Mercadeo de unos pocos o bien público de todos. Debemos elegir. No permitamos que la derecha siga vendiendo nuestra sangre ¿qué sería lo siguiente?

* César Muñoz es Coordinador de IU Retiro y Miembro del Consejo Político Regional de Izquierda Unida de la Comunidad de Madrid.

Comentarios

  • S. Sánchez says:

    Con este tema se está haciendo mucha demagogia y, a causa ello, hay menos disponibilidad de sangre en la Comunidad, aumenta la lista de espera para cirugías programadas, al reservarse la sangre para Urgencias… en perjuicio para todos. Desde siempre, las bolsas de sangre, vengan de donde sea, se utilicen en público o privado, tienen un precio (costes de material, personal, procesamiento….) marcado por el BOE.

    Sí es cierto el acuerdo que menciona el señor César Muñoz, pero eso no cambia nada al donante. Los hospitales públicos siempre han usado sangre de Cruz Roja cuando no alcanzaban las reservas (cosa habitual) y al mismo precio. Sólo que no figura en la factura…pues en el público se incluye todo, y el usuario no ve lo que paga.

    Esto que ocurre ahora es una batalla entre distintos grupos, ni izquierda ni derecha…. Sólo trabajadores afectados por un cambio en sus condiciones de trabajo

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