Los Mayas y la Sanidad madrileña

Madrid,

C. Muñoz*.- En los últimos días hay que estar muy fuera de onda para no haber escuchado algún chistecito o comentario sobre el fin del mundo. Predicciones e iluminados, salvadores y eruditos amateurs, no son algo nuevo en las sociedades humanas. Las profecías anunciando el fin de la humanidad han atrapado a miles de curiosos durante toda nuestra historia. Tampoco es algo novedoso que una parte de la población ponga un mayor interés en conjeturas de este tipo en tiempos de dificultades sociales.

No seré yo quien otorgue la más mínima credibilidad a estas supersticiones, entre otras cosas porque ni siquiera estaría haciendo el esfuerzo de escribir un artículo que sale publicado un día después del supuesto fin del mundo. Sin embargo, sí que veo cada día el miedo que podemos llegar a sentir mucha gente ante un futuro incierto.

La mesa de recogida de firmas habilitada en La Princesa – G.B.

Este jueves 20 de diciembre de 2012 (un día antes del fin del mundo), el gobierno regional de la Comunidad de Madrid ha aprobado el presupuesto para 2013, con el apoyo exclusivo de los representantes del Partido Popular: la privatización y venta de servicios del sistema sanitario avanza mientras no lo paremos. La incertidumbre que puede generar entre una mayoría social de nuestra Comunidad no es insignificante.

La política sanitaria adoptada por el Partido Polular tendrá como consecuencia el cierre de centros de especialidades menos “rentables” económicamente, miles de trabajadores de la salud despedidos, incremento en el coste de los servicios sanitarios para la ciudadanía, etc. Por un momento, uno podría pensar que los mayas no habían atinado del todo, pero que erraron por un único día su pronóstico de cambio de ciclo.

Son “pocas” las pruebas históricas y científicas que avalan una interpretación apocalíptica del calendario maya. Parece ser que simplemente hacían referencia a un cambio de ciclo; la idea de un desenlace catastrófico para la humanidad es de origen exclusivamente cristiano, a través fundamentalmente del Apocalipsis de San Juan.

Por el contrario, son muchas las pruebas y elementos históricos que han demostrado que al convertir la sanidad en un negocio privado en manos de multinacionales, se menoscaba el derecho universal de luchar por la salud por encima de cualquier otro interés. Es un claro conflicto de prioridades.

En España, esta disyuntiva se intensificó con la aprobación de la Ley 15/1997 sobre habilitación de nuevas formas de gestión del Sistema Nacional de Salud. Fue aprobada por la derecha parlamentaria: PP, PSOE, CC, CiU y PNV y con votos en contra de IU y BNG, y dejó la puerta abierta a la gestión privada de nuestra salud.

Una vez más, el Partido Popular ha tratado de engañar a la sociedad criminalizando la protesta de cientos de miles de madrileños: la de quienes hemos firmado en contra de las medidas de privatización, la de quienes hemos salido a las calles a pesar del aumento de las medidas policiales de represión, la de quienes han hecho huelga, renunciando en las últimas semanas a casi 2.000 euros de su sueldo para luchar por los derechos de todos, etc.

El gobierno regional, desbordado en su incompetencia, ha llegado incluso a acusar a los directores de los centros de salud, puestos a dedo por la propia Comunidad de Madrid desde la implantacion del área única, y que este jueves se plantean incluso la dimision en bloque.

El fin último de una empresa en el sistema capitalista no es otro que la búsqueda de beneficios. Y ya hemos visto a lo largo de todo el mundo, lo que sucede cuando los centros de salud y hospitales se privatizan total o parcialmente. Este hecho incontestable nos plantea a la ciudadanía un conflicto frontal entre dos conceptos de sociedad: por un lado el de quienes se resignen ante una hipotética imposibilidad del estado para proporcionarnos una serie de derechos públicos, gratuitos y universales; y el de quienes vamos a luchar para que nuestros derechos humanos no sean motivo de negocio.

“La sanidad no se vende, se defiende”: no dejemos que acaben con todo. Si no saben gestionar eficientemente nuestra salud, que se vayan y dejen su lugar a quienes sí sepan. Porque la mayoría no queremos que llegue el Apocalipsis.

* César Muñoz es Coordinador de IU Retiro y Miembro del Consejo Político Regional de Izquierda Unida de la Comunidad de Madrid.

Comentarios

  • Si por algo no me puedo creer su texto es porque ustedes los de la oposición “mucho criticar” y “poco proponer”.

    Me apostaría mi mano derecha a que usted no se ha leído el plan de la Comunidad (yo sí) y que no tiene una sola propuesta alternativa.

    Con esto no estoy defendiendo el plan de la Comunidad, que es lamentable. Simplemente pongo las cosas en su sitio.

    El problema de esta país es y seguirá siendo la clase política. Siempre.

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