Derechos laborales y la gran estafa

Madrid,

C. Muñoz*.- Los ciudadanos de la Comunidad de Madrid seguimos sufriendo los efectos de las políticas neoliberales, y en el último año, más de 30.000 personas han perdido sus empleos, lo que representa un alarmante 5,82% de incremento, muy por encima del incremento en otras comunidades autónomas. Ya más de medio millón de tragedias: 560.560 desempleados.

Las políticas aplicadas por el Partido Popular en la Comunidad de Madrid en las últimas décadas de mayoría absoluta no son una anécdota en este sentido. No podemos creer que casi 20 años de gobierno regional en manos de los conservadores no tengan una relación directa con el modelo de empleo, o mejor dicho, con las estructuras que no han sabido (o querido) evitar el desastre económico y laboral de las cifras actuales.

El Partido Popular, así como el Partido Socialista, son quienes han gobernado nuestra comunidad y el estado desde hace demasiados años. Estos grupos políticos en el poder han apostado por un modelo laboral que sitúa como beneficiario directo al empresario por delante del trabajador. En las últimas décadas los trabajadores hemos ido viendo cómo un gobierno tras otro nos iba desprotegiendo cada vez más y dejando en manos del empresario cualquier decisión en lo que a derechos laborales se refiere.

Las últimas reformas laborales de socialistas y populares han tratado de vendernos que la solución a los problemas económicos  de los ciudadanos se solucionaban, básicamente, permitiendo a  empresarios una mayor libertad y flexibilidad para manejar los sueldos, contrataciones y despidos de los trabajadores casi a su antojo.

No hay más que ver que hemos sido objeto de una gran estafa: tratan de convencernos de que la “crisis” la deberíamos solucionar los trabajadores, cediendo aún más en nuestros derechos, mientras grandes empresarios se frotan las manos y se les da rienda suelta. Mientras tanto, el desempleo y la pobreza crecía y crece a pasos agigantados en nuestro país, así como los índices de desigualdad social y económica entre quienes más tienen y quienes menos tenemos.

Pero nuestra ex-presidenta Esperanza Aguirre, una de las impulsoras de estas políticas capitalistas, quiere ir más lejos y exprimirnos aún más a los trabajadores. No sólo se congratula de las medidas de la última reforma laboral en el sentido de facilitar que los empresarios puedan modificar unilateralmente nuevas condiciones de trabajo, sino que propone elementos tan peligrosos como eliminar la limitación del salario mínimo o facilitar al empresario con nuevas leyes el despido de los trabajadores. Y a quienes nos situamos en la defensa de los derechos laborales nos ha tachado de “hipócritas” e “insolidarios”.

Es el banco de España quien propone la eliminación del salario mínimo, y Esperanza Aguirre quien se agarra a este nuevo intento de estafa hacia los trabajadores. Actualmente el salario mínimo se sitúa en los 645 euros ¿Cómo sobrevivir en una ciudad como Madrid cobrando ese sueldo mientras los empresarios se embolsan beneficios millonarios? ¿Cómo pensar que la solución a nuestra situación económica llegará permitiendo que se contrate incluso por debajo de ese sueldo de esclavos?

La lectura a estas propuestas es clara. No vivimos una crisis económica casual. Estamos siendo objeto de una gran estafa que lleva funcionando y retro-alimentándose años y años. Y en cada momento de dificultades para el pueblo, los poderosos nos tratan de convencer de que la solución llega restándonos a nosotros cada vez más de nuestros derechos laborales, civiles, sociales… Para salir de su crisis-estafa, nos restan calidad en los hospitales, en las escuelas, en nuestros empleos, en nuestra estabilidad… y nos tratan de encadenar cada vez más al miedo para no perder lo poco que nos queda. Los trabajadores cada vez tenemos menos; y los poderosos cada vez tienen más. Definitivamente no es una crisis, sino una estafa. Y la estafa se llama capitalismo.

César Muñoz es Coordinador de IU Retiro y Miembro del Consejo Político Regional de Izquierda Unida de la Comunidad de Madrid.

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