Los amigos de Ana Botella

Madrid,

C. Muñoz.- Cuando a finales del año pasado, el Partido Popular presentó sus desastrosos presupuestos municipales para el año 2014, el grupo de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Madrid ya denunció la vergonzosa lacra que supone tener que ver, entre otras cosas, cómo se destinan unos 30 millones de nuestros impuestos para mantener calientes los asientos de los “privilegiados” 420 altos cargos y directivos de libre designación.

Tiempos de ajustes, de esfuerzos de la ciudadanía, de apretarse el cinturón, de comprender los recortes en derechos sociales y en servicios públicos. Ésa es la moto que nos venden. Nos quieren obligar a comprender a estos “sensatos” neoliberales, que hacen todo lo posible por ajustar la situación… ¿Cómo pueden ser tan hipócritas y cómo pueden creernos tan tontos?

La última ocurrencia de nuestra querida alcaldesa ha sido la de contribuir a seguir asentando el nepotismo que sufre nuestra sociedad desde hace casi un siglo. Ana Botella ha decidido que es muy necesario gastarse cada año diez millones y medio de euros en asesores, en su mayoría sin funciones concretas ni asignaciones. Personas cuyos mayores méritos han sido los de saber arrimarse al poder corrupto del PP. Entre los asesores de Botella en nuestro Ayuntamiento, varios hijos de diputados, una hermana de Esperanza Aguirre y una pléyade de disciplinados miembros de las Nuevas Generaciones del PP, que encuentran un trabajo, parece ser, con mucha mayor facilidad que cualquier hijo de vecino.

A estos 162 privilegiados asesores, que muchos no sabemos a qué se dedican, por más lo que intentamos averiguar, ha decidido subirles el sueldo, ni más ni menos, que el 34%. ¿Cabreados? Yo sí. Mucho. Y cuando alguna vez he tenido que acudir al grupo municipal para tratar asuntos del distrito o la ciudad con mis compañeros de Izquierda Unida en el Ayuntamiento, y he pasado por delante de los despachos del Partido Popular (nuestros gobernantes)… ¡Sorpresa! Toda una planta casi desierta, despachos vacíos, luces apagadas y prácticamente ninguna actividad. Lástima que no pueda demostrárselo públicamente con unas fotos que -sin querer- hice con mi móvil… (quizás antes de borrarlas pueda enseñárselas a alguno de ustedes).

Pero también les voy a proponer un paseo para que siga subiéndoles la indignación y las ganas de rebelarse. Y por tanto, de cambiar las cosas. Pasen si pueden el segundo martes de cada mes por la Junta Municipal de Distrito de Retiro (o cualquier otra) y asistan a la gran farsa que se celebra en cada pleno de la Junta (como en tantos otros distritos): un par de filas de vocales designados por el PP, cuyas gratificaciones oscilan entre los 600 y los 1.000 euros aproximadamente, y que se dedican a mirar, dormitar o jugar con sus móviles sin tomar nunca (rotundamente, nunca) la palabra. Amigos de amigos. Amigos del PP. Como la Gürtel, pero legalizándolo en las instituciones.

Esas instituciones son las que debemos recuperar la gente que no queremos favores para unos pocos, sino dignidad y trabajo para todos. Porque no queremos más asesores invisibles, ni más vocales mudos, ni más gobernantes ignorantes e inactivos. Porque queremos que ese dinero devuelva los derechos a todos, las mamografías a las mujeres, los tratamientos de hepatitis que han arrebatado a los enfermos, las escuelas infantiles que han saqueado a nuestros hijos, las becas que han quitado a nuestros jóvenes, la asistencia pública que niegan a nuestros ancianos o el futuro que nos están robando a la mayoría. No tienen derecho a nada de esto. Nadie. Tampoco los amigos de Ana Botella.

Por eso es tan importante que quienes nos sentimos indignados dejemos de mirarnos al ombligo, de discutir por menudencias y por hacer parecer grandes las pequeñas diferencias. Por eso, la ciudadanía y los políticos honestos (que los hay, y sabemos dónde están) debe apostar a ganar, unirse y hacer de Madrid una ciudad que cambie radicalmente la próxima primavera. Los de abajo debemos entendernos, la gente de Podemos, de IU o de EQUO; los movimientos vecinales y los movimientos sociales; los que creímos en el 15M y los que lo hicisteis posible y lo mantenéis vivo; los que seguís trabajando a destajo mientras los del PP reparten dinero fácil a amiguetes, y los que no tenemos trabajo porque no nos dejan. Porque las siglas son lo de menos cuando hay tanto en juego. Somos mayoría y debemos hacerlo visible también en las elecciones municipales y autonómicas. Tenemos que ganar Madrid. Desde ya. Ganemos Madrid.

Comentarios

  • anonimo878 says:

    Totalmente de acuerdo con su artículo hasta el último párrafo. Ahora bien, ¿quien me garantiza que los próximos en apoderase del faraónico edificio de la plaza de Cibeles no vendrá con sus 300 o 400 amigos para perpetuar las mamandurrias del PP?.

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