Crisis mágicas que caen del cielo

Madrid,

J. C. García Dueñas*.- Ya mucha gente sabe, gracias a Internet, que cuando el FMI o el Banco Mundial o cualquiera de las grandes corporaciones capitalistas ponen sus ojos sobre un país, éste tiembla de terror. Algunos de éstos incluso, han podido oponerse a ser ayudados, pero eso es sólo porque no tenían petroleo, minerales o cualquier otro bien codiciable, o bien, porque tenían políticos capaces de dar su vida por su país. Como ya mucha gente sabe, hablo literalmente y también con cierta envidia.

Pero una gran mayoría aún no es capaz de ver las cosas con claridad y aún se cree las falacias y las palabras perversas que le muestran los medios. Aún piensan que la mayor expresión de la persona es la libertad, sobre todo para enriquecerse de forma indiscriminada, sin ninguna cortapisa.

Una de estas palabras es la manida “crisis”. Este concepto nunca ha tenido sentido para el 90 % de la población del planeta. Nunca ha tenido ningún sentido en aquellos países a los que hemos ayudado, porque hablar de crisis supone hablar de ciclos y hay países que sólo viven en un lado del ciclo; que no tienen esperanza de conocer otra cosa que la miseria.

Aquí, los políticos, los medios y también los positivos, hablan de crisis como de algo que sucede por azar, que podría llover o caer como un meteorito,

Sin embargo, ya hay mucha gente que sabe que las crisis no son otra cosa que el resultado de las decisiones de los políticos (la tercera pata del capitalismo). Es decir:

⁃    Si se decide no meter en la cárcel a ciertos banqueros corruptos, con nombres y apellidos.
⁃    Si se decide regalar el dinero público a los bancos también corruptos.
⁃    Si se decide malvender todos los bienes de un estado, hasta que éste se queda sin recursos.
⁃    Si se decide hacer otra contra-reforma laboral (Sí. Hay que hablar de contrarreforma, si queremos emplear el término correcto).
⁃    Si se decide quitar los impuestos directos a los ricos, mientras se suben los impuestos indirectos, que pagamos todos.
⁃    Si se decide que hay gente que no merece tener cultura, sanidad y si puede ser, ni comida…
⁃    Si se deciden…

Con éstas y otras decisiones se llevan países a la bancarrota (y según dicen, se cobra muy bien por ello), y entonces aparece el FMI o los Bancos Centrales para “rescatarlos” -otra palabra perversa que habría que poner en su sitio-. Y entonces sucede como en decenas de países -como hoy en Grecia, que quedará desolada y empeñada para perpetuidad-.

Pero en este país cegato que tenemos, aún nos creemos a salvo y felices de ser colonia americana, colonia alemana o colonia vaticana o porque nos gastamos cientos de millones en catalizadores para que los autobuses urbanos contaminen menos.

*Juan Carlos García Dueñas es miembro de la Asociación de vecinos Goya-Dalí.

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