La factura de la crisis

Madrid,

J. E. Villarino*.- Alguien puede pensar que este artículo va sobre los resultados de las elecciones del pasado domingo y de la factura que los ciudadanos le han pasado al PP y, en menor medida al Psoe, como consecuencia de la crisis en la que todavía estamos inmersos. No, no va de eso. El martes que viene hablaremos de los resultados. Hoy va este artículo sobre quienes de verdad estamos pagando los platos rotos de esta crisis que provocaron otros.

Como consecuencia de la crisis se ha puesto de moda la palabra precarización. Para saber a qué nos referimos con ella hemos acudido al diccionario de la RAE y hemos escogido la segunda de las acepciones posibles que cita este diccionario.

precario, ria.
(Del lat. precarĭus).
2. adj. Que no posee los medios o recursos suficientes.

En efecto, lo que se expone más adelante se refiere a la precarización de las clases trabajadoras en nuestro país, que no es otra cosa que la merma de los recursos que las clases medias y bajas han perdido como consecuencia de la crisis económica.

El diccionario pone de manifiesto dos cosas, la no posesión -por haberlos perdido, decimos nosotros- los recursos y, segundo, que estos son insuficientes. Porque se podían haber perdido recursos, pero seguir siendo suficientes los que hubieren quedado. No es el caso.

La Caixa Research ha publicado hace pocos días un informe titulado ‘La polarización del empleo en España’ del que hemos extraído los dos primeros gráficos que comentamos, que ponen de manifiesto cómo los salarios medios de nuestra economía son los que han sufrido en mayor medida los efectos negativos de la crisis al representar el mayor porcentaje de trabajadores expulsados del sistema productivo.

En efecto, los datos manejados, extraídos de la Encuesta Trimestral de Coste Laboral (ETCL) del cuarto trimestre de 2014 del INE muestran que, una vez ya suavizada la crisis económica, la mayor creación de empleos corresponde al grupo de salarios bajos. Es decir, no solo la crisis ha precarizado los salarios sino que en época de mayor bonanza, entre 2013-2014, la creación de nuevos empleos se ha orientado mayoritariamente a la franja de salarios bajos.

La mayor pérdida de empleo afectó entre 2008 y 2014 a la franja de los salarios medios

. En España, el porcentaje de ocupados con salarios medios era del 29,3% en 2008, frente al 23,0% en 2014. Durante ese mismo periodo se in­­cre­­mentó el peso de la ocupación en la franja salarial baja y, sobre todo, en la alta, según pone de manifiesto el primer gráfico.

grafico-1

Para el año 2008, se ordenan los sectores disponibles en la ETCL (77 en total) de menos a más salario por hora y se toma como valor de corte para los tres grupos el percentil 1/3 (que corresponde a un coste salarial de 11,8 euros por hora) y 2/3 (15,8 euros por hora).

 O sea, se consideran salarios bajos los inferiores en 2008 cuyo coste está por debajo de 11,8 €/hora efectiva trabajada. Salarios medios los comprendidos entre 11,8  y 15,8 €/hora trabajada, y salarios altos los superiores a 15,8 e por hora efectiva trabajada.

El crecimiento del empleo neto entre 2013 y 2014 en la franja de salarios bajos ha agudizado la precarización observada de la mano de obra española.

Si lo anterior puede ser atribuible a la crisis, ésta no lo explica todo. En efecto, si observamos el segundo gráfico que recoge la distribución de la creación del empleo neto entre 2013 y 2014, años en que la crisis ya empezaba a remitir, se advierte que los sectores económicos con un salario promedio menor contribuyeron más a la generación de empleo de lo que les hubiera correspondido por su peso sobre el total.

grafico-2

Este grupo, por tanto, ha recuperado una parte importante del empleo que se destruyó durante la crisis. Por lo que respecta a la franja salarial media se produce un menor peso en la creación de salarios medios. En la franja alta, en 2014 se creó empleo acorde con su peso, un dato positivo teniendo en cuenta que este grupo es el que más peso ha ganado desde 2008.

Si vemos ahora el problema en vez de por tipos de salarios (bajos, medios, altos) por grupos de edades observamos que la pérdida de poder adquisitivo en los años más duros de la crisis -entre 2007, el año de inicio, y hasta 2013 en que repunta la actividad económica- ha afectado de manera muy especial a los grupos que van de los 18 a los 25 años y de los 26 a los 35 años, siendo menor el impacto negativo en las edades más avanzadas.

Sólo a partir de los 55 años y de manera muy significativa a partir de los mayores de 65 años han crecido los salarios de este grupo entre 2007 y 2013.

grafico-3

Los salarios españoles son los más bajos de Europa, excepto los de Grecia y Rumanía

Según Eurostat, en 2014 el salario medio por hora en España fue de 15,7 euros, inferior al salario medio de 18,6 euros para la UE-28, donde más de la mitad de las economías son mucho más pobres qie la española, o con 21,6 euros para la Eurozona.

Esto significa que el salario medio en España es un 15,6% inferior al de la UE, y un 27,3% menor que el de la Eurozona. Los trabajadores españoles, de media, son los peor pagados de Europa, solo por delante de Grecia y Rumanía.

grafico-4

Si bien los salarios son una parte, la más importante de los costes salariales, éstos son un indicador válido para saber qué ha pasado con aquellos. El gráfico anterior pone de manifiesto la caída de los CLU de España durante la crisis, con tasas negativas a partir de 2010, que contrastan con la evolución de esta variable en el resto de los principales países europeos.

A modo de conclusión

Los datos anteriores ponen de manifiesto algunos hechos, que se pueden resumir en los siguientes:

– La crisis ha afectado a la economía española de manera mucho más dura que a la mayoría de los países europeos.
– Dentro de la mayor afectación a la economía española, el sector más afectado ha sido la clase trabajadora, que ha contribuido fiscalmente con cargas insoportables a su costa para rescatar al sector del ahorro financiero.
– Del conjunto de las rentas salariales, las medias y las bajas han visto mermada la cuantía de sus salarios en mucha mayor medida que las rentas salariales más altas, que han obtenido, por el contrario, ganancias significativas.
– La precarización de los salarios ha afectado también a los grupos de edad más jóvenes (18 a 35 años).
– Con el repunte de la actividad económica, no sólo los salarios más bajos no han crecido en cuantía sino que el mayor número de contrataciones se ha polarizado en el tramo de los salarios más bajos.

– Lo que se conoce como la precarización a la que hemos aludido al comienzo de este artículo.

En definitiva, la factura de la crisis la han pagado los más débiles, los más jóvenes y un extenso y silente porcentaje de la clase media cuya existencia es garantía de estabilidad y progreso económico y social. Recuperar una amplia clase media va a ser tarea de decenios, si es que alguna vez se puede conseguir que así sea.

* José Enrique Villarino es economista y consultor, especialista en Transporte, y miembro del Foro del Transporte y el Ferrocarril (FTF).

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *