L. Migas.- La semana pasada, uno de los empleados del Ayuntamiento encargado de controlar el pago por aparcar en la vía pública se percató de que un vehículo de alta gama, sin la pegatina que le identifica como vecino que paga su tarjeta anual, no había pagado el correspodiente ticket.
El operario, en su habitual ronda por los primeros números de Ortega y Gasset, entre Serrano y Lagasca, vio aparcado frente al número 10 un Ferrari 458 Italia de color negro valorado en 230.000 euros, cuyo dueño no debía tener ni uno encima para acercarse al parquímetro y pagar por los minutos que iba a tardar en hacer su compra.
Así, como era su deber, multó a su dueño, que en ese instante se encontraba dentro de la tienda Escada Sport con un amigo. Instantes después, y sin saber que acababa de ser sancionado, salía de la misma el futbolista alemán. Para su desgracia, el centrocampista del Real Madrid fue captado por los paparazzi.
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