El Museo del Prado expone ‘Las Furias. De Tiziano a Ribera’

Madrid,

C. Linares.- El Museo del Prado expone desde este martes 21 de enero de 2014 y hasta el próximo 4 de mayo la muestra ‘Las Furias. De Tiziano a Ribera’, que ilustra el nacimiento, evolución y ocaso del tema de las Furias desde su irrupción en el arte europeo, a mediados del siglo XVI, hasta finales del siglo XVII.

prado

La exposición incluye veintiocho obras, entre las que destacan un dibujo de Miguel Ángel procedente de la Royal Collection de Londres, y pinturas de Rubens, Rombouts, Glotzius, Assereto, Rosa o Langetti. El Museo del Prado aporta sus ejemplares de Tiziano y Ribera y el Ticio encadenado de Gregorio Martínez, adquirido en 2011.

Todas estas obras ilustran el porqué del éxito de las Furias durante 120 años, cuando los gobernantes las eligieron como alegoría política y los pintores como un vehículo privilegiado para representar la dificultad máxima en el arte, tanto en su vertiente formal (eran enormes figuras desnudas en escorzos inverosímiles) como expresiva, como epítome de la representación del dolor.

Prometeo encadenado, Rubens y Frans Snyders. 1611.
Prometeo encadenado, Rubens y Frans Snyders. 1611.

2 dibujos, 8 grabados, 1 medalla y 16 pinturas giran en torno a una copia del Laoconte procedente del Museo de Valladolid, distribuidas en cinco secciones. La primera de ellas se plantea en torno al único precedente iconográfico del conjunto encargado a Tiziano, un dibujo de Ticio realizado por Miguel Ángel en 1532 que se expone por primera vez en España.

Una imagen que reproduce la Gran Sala del palacio de Binche, creada para agasajar a Carlos V y al príncipe Felipe, abre la segunda sección dedicada al conjunto encargado por María de Hungría a Tiziano.

La tercera se centra en Haarlem y Amberes durante los años finales del siglo XVI y comienzos del XVII como primeros receptores del tema de las Furias en torno a la escultura de Laoconte.

La cuarta sección ilustra el retorno del tema a Italia, el papel desempeñado por flamencos y holandeses en este proceso y la importancia de Nápoles como “capital” barroca de las Furias con Ribera como máximo representante. La exposición concluye con la diseminación del tema por Italia hasta finalizar en Venecia con Langetti y los “tenebrosi”, cerrando así un círculo imaginario iniciado por Tiziano.

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