“Ahora los libros se la juegan en tres meses. Si fracasan se destruyen”

Madrid,

G. Bravo.- Entrevistamos a Pilar Gallego, presidenta de la Feria del Libro de Madrid desde hace cinco años, una etapa en la que la cita cultural más importante de la capital está sufriendo un proceso de remodelación junto con su sector y se está convirtiendo al mismo tiempo en la oportunidad más importante que tienen los libreros para poder seguir vendiendo libros en esta época de crisis.

¿La Feria del Libro ha estado siempre en el Parque del Retiro?

Sí. Se puede decir que sí. Ésta es la 70 edición, pero hubo unos años de la Guerra en los no se hicieron. Sería la 76 en realidad. En los primerísimos momentos se hizo en Recoletos, pero con pocas casetas. Debe de llevar unos 40 años en el Retiro.

La feria ha sido determinante para el sector desde siempre, y no sólo en estos momentos de crisis, ¿Verdad?

Sí, requiere muchos esfuerzos, pero supone un ingreso importante. Sin cifras, se podría decir que para Madrid la Feria del llibro es como Sant Jordi para Barcelona.

Tal y como están las cosas… ¿Se puede concebir que la venta de libros se reduzca a ferias?

No, no creo. Porque en la Feria no está todo el fondo. Por la crisis, puede ser que la coyuntura toque más a los best sellers, porque cada vez hay más puntos de venta y ya hasta se pueden ver supermercados con libros. Eso puede que se note. Pero el fondo, lo que llamamos fondo de libros, los especializados, que requieren una selecicion y orientación… para eso siempre será necesario una librería.

Ten en cuenta que los libreros especializados tenemos que llevar una selección de la selección,  porque claro, en una caseta de cuatro metros no te cabe todo lo que sería el fondo, sólo lo que yo como especialista puedo pensar que tiene atractivo. Por otra parte, la Feria tiene un elemento muy atractivo: el encuentro del autor con el lector, y eso en las librería se da cada vez más pero con menos oportunidades.

Yo no creo que se pueda sustituir.

¿Cómo ha afectado la crisis al sector en el sentido de arriesgar por títulos o ideas más atrevidas? ¿Todo se va reduciendo a los best-sellers?

Al revés. Todo editor está buscando el libro que dé el ‘petazo’. Yo no sé si arriesgan mucho o si arriesgan tontamente. Pero cada vez es más difícil seleccionar la invasión de novedades que tenemos cada día. Nunca se sabe por qué, por ejemplo, María Dueñas ha dado el ‘petazo’ con ‘El tiempo entre costuras’. No se sabe.

Ocurre por ese fenénomeno de boca en boca que aparece y desaparece y que ningún editor es capaz de predecir.

Sí, parece que no haya término medio ¿no? O arrasa o no se conoce en absoluto.

Sí, y cantidad de libros que pueden parecer estupendos y luego resulta que se mueren. Nosotros recibimos al mes cientos de novedades y la mayoría mueren. Ahora, además, mueren más pronto. Antes, las librerías los podíamos aguantar más tiempo y ahora no. Ahora enseguida se devuelve. El libro rota demasiado rápido y los editores se encuentran con grandes devoluciones en los almacenes.

¿En cuánto se la juega un libro?

Un libro se la juega casi en tres meses. El periodo de facturación que tenga. Si un libro en tres meses no funciona lo devuelves antes de tenerlo que pagar. En libros de narrativa claro.

¿Y qué pasa con esos libros?

Uy, depende del editor. Puede intentar nuevas campañas o estrategias o si no… puede acabar en pasta de papel. Hay cantidad de libros que se destruyen porque les puede ‘la novedad’. Los editores, queriendo sacar, le dejan poco recorrido al libro.

Hay libros, como el primer Ruiz Zafón, que no funcionan los primeros meses, funcionó un año después…

Volviendo a la Feria, cómo hacéis para que no os pase como a los mercadillos, en los que al final todo se ha reducido a cinco puestos diferentes que se van repitiendo. Cómo hacéis para no acabar todos con libros fáciles de vender y que el visitante vea lo mismo puesto tras puesto?

Una cosa es como se organiza. Se hace mediante sorteo y por zonas. Hay una primera zona desde O´Donnell en Escuelas Aguirre, donde están primero los organismos oficiales, después van las distribuidoras, que están obligadas a tener fondos de 15 editoriales distintas  expuestos como mínimo.

Después van las librerías especializadas: infantil, economía, literatura alemana… tan especializada que nunca se pisa. Y luego, con las que más podrían repetirse -que son las librería generales- lo que se hace es que se sortean salpicadas entre las editoriales, por lo que cada cinco casetas de editoriales se puede encontrar una librería general, que son las que suelen tener los típicos best-sellers.

De esta forma, el visitante encuentra un paseo diferente de principio a fin.

¿Las librerías virtuales tendrán presencia en la feria este año?

Hay operadores virtuales que quieren estar en la Feria, pero no los permitimos. Sólo pueden estar en la Feria aquellos que tienen un local abierto al público como librería, o las editoriales. Porque el esfuerzo que supone mantener todo un año un local, es mucho. Y en la feria eso se puede compensar.

Si tú cierras la tienda y te conviertes en un operador a distancia, y luego te visibilizas en la feria pues ya tienes otras oportunidades.

En la Feria de Madrid, hoy por hoy -no sé qué pasará mañana- el que no tiene local no tiene sitio en la feria.

¿Cuál es la presencia del libro electrónico?

Si hablamos de las descargas y no de los dispositivos, ya tienen presencia en la Feria, pero pasa que las descargas no necesitan una caseta ni de cuatro metros, ni de tres ni de uno. Sólo se necesitan un ordenador. Si las editoriales tienen descargas disponibles se notificará en los puntos de información. Porque una cosa es que el editor posea una versión del libro en digital y otra que disponga en la feria del dispositivo y se lo venda, porque para eso no necesitas ir a una feria, porque el que quiera eso no tiene que ver nada, sólo necesita una dirección de enlace, y para eso no hace falta montar una feria de millones de euros.

Posibilidad existe y está presente, pero no tiene efectividad. Porque lo que la gente demanda es ir, ver, ojear el libro…

Esta feria se anticipa curiosa, porque estas navidades ha sido el verdadero boom de la venta de dispositivos electrónicos y la crisis parece haber cambiado sustancialmente los hábitos del consumo, donde los libros han pasado a ser un artículo casi de lujo, cuando antes eran de consumo habitual… ¿Con qué expectativas se espera esta feria?

Nosotros no vemos lo digital como una amenaza, sino como una oportunidad. Cada vez hay más indicativos de que la compra digital incentiva la compra en papel, es decir, nosotros vemos lo digital como la oportunidad de vender más libros en papel, porque el mundo digital es un mundo distinto. Yo no sé cómo será dentro de tres generaciones, pero las capacidades cognitivas, de desarrollo mental, las capacidades emocionales y sociales que se desarrollan en torno a la lectura de un libro en papel y en torno a un libro digital son diferentes.

Ahora mismo, las generaciones más mayores tienden a necesitar el papel. Gente de mi generación o anterior que manejamos el correo electrónico, tendemos a imprimirlo y a buscar el papel. Generaciones posteriores que ya no lo necesitan tanto están cambiando lo esquemas mentales, pero no están tan implantado como para romper con lo anterior.

Además, el entorno de placer de lectura es muy distinto en un libro de papel que en un iPad, por no hablar de los constantes ataques a la concentración que este tipo de lecturas tienen, en las que se pueden incluir enlaces en los textos o que en cualquier momento te llega un mensaje.

Sí, se está hablando mucho de cómo Internet está afectando a la capacidad de concentración…

Aunque luego todos esos problemas de concentración se reestructurarán. En generaciones posteriores, lo que para ahora es una distracción, a lo mejor en el futuro se desarrollarán como nuevas capacidades y conexiones mentales en las que se podrá disfrutar de esas cosas.

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