Mi hijo no comparte sus juguetes

Madrid,

V. Ganem.- La relación entre hermanos facilita la socialización y la empatía de los niños. Esta adaptación social se consigue a través de vivenciar la rivalidad y la convivencia, compartir situaciones y emociones. Así se fortalecen los vínculos afectivos.

Al niño no se le puede obligar a compartir sus juguetes y objetos (ya que no es una conducta  espontanea, sino el resultado de un proceso individual e interno) por  medio de  castigos ni amenazas. No quiero decir con esto que debamos  abandonar la idea de enseñar a nuestros hijos a compartir desde muy bebés, sino  pedirles respuestas adecuadas a su edad. Con esto evitareis estresantes   momentos familiares.

La edad más conflictiva para dejar sus juguetes es de uno a tres años,  creen que si ellos dejan sus juguetes se perderán o desaparecerán  para siempre.

“! Qué pasa si no me lo devuelven!”

Obligarlos a que dejen sus juguetes será contraproducente; cuando los dejemos de ver guardarán afanosamente todo para sí.

Es fundamental que tenga un juguete preferido que solo le pertenezca a él.

El niño necesita experimentar que compartir no significa perder las cosas para siempre. Esto no ocurre de la noche a la mañana.

*Valentina Ganem es psicóloga infantil y directora del proyecto Crecer Juntos Con Arte: síguela en su blog y en Facebook.

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