Llegan las dracónidas: la tormenta de estrellas perfecta

Madrid,

F. Mollá.- Este sábado 8 de octubre, si las nubes no lo impiden, desde la Comunidad de Madrid podrá divisarse la que los expertos denominan “tormenta de estrellas perfecta”, una lluvia de estrellas conocida como “tormenta de las dracónidas”, que se producirá  entre las 18.00 y las 24.00 y mostrará más de quinientas estrellas fugaces a la hora.

La actividad de esta tormenta es de hasta siete veces mayor que las perseidas o lágrimas de San Lorenzo que se divisan cada verano, el 11 de agosto, y será seguida por una cámara de alta sensibilidad instalada en un globo sonda estratosférico lanzado por la Universidad Complutense de Madrid.

Algo que no es de extrañar, teniendo en cuenta que hace nueve años que no se da una lluvia de estrellas tan intensa y que la próxima con una actividad similar no volverá a tener lugar antes de 2021.

Partículas chocando contra la Tierra

Las dracónidas tienen lugar cuando la órbita de la Tierra se cruza con las nubes de partículas que dejan en su camino los cometas. Algo que ocurrirá este sábado, entre el atardecer y la medianoche, cuando la Tierra atraviese una densa nube de partículas dejadas por el cometa 21P/Giacobini-Zinner.

No hay nada que temer: la interacción con esas partículas, del tamaño de granos de arena, no entraña ningún peligro, pero sí podrían afectar a los satélites. De ahí que el Grupo de Astrofísica Extragaláctica e Investigación Astronómica de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) haya preparado esta campaña excepcional de observación.

 La mejor franja horaria, de 18:00 a 21:00 horas y a las 22:00

Las dracónidas, así llamadas porque parecen radiar de la constelación del Dragón, se verán mejor entre las 18.00 y las 21.00 horas, periodo durante el que se registrarán entre 50 y 100 estrellas fugaces por hora; y sobre las 22.00 horas, cuando se producirán entre 600 y 800 meteoros por hora.

La contaminación lumínica de la capital impedirá verlas así que, si las nubes lo permiten, el mejor lugar para verlas será la sierra o cualquier lugar despejado, después de la puesta del sol. Lo ideal es situarse de espaldas a la luna y divisar el cielo sin telescopios ni prismáticos.

Foto: David Corral (Flickr)

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