Cómo funcionan los consejos territoriales

Madrid,

J. C. García Dueñas*.- En estos días, se está retrasando la composición del Consejo Territorial en el distrito de Salamanca. Es de suponer que ocurre lo mismo en los demás distritos, donde muy pocas asociaciones han tenido a bien el presentarse.

El motivo que se comenta es que se mandan cartas a ciudadanos elegidos aleatoriamente (en grupos de cuatro cartas porque tienen que salir cuatro ciudadanos independientes) y parece ser que todos rechazan este honor. A nosotros nos parece natural que así sea.

Foto: ZonaRetiro

Es de tener en cuenta que, después de hacer el seguimiento a las Comisiones Permanentes y a los Consejos Territoriales desde haca años y después de manifestarlo por activa y por pasiva, hemos llegado a coincidir con todos los asistentes en que este modelo de participación ciudadana tiene muy poca o ninguna  validez.

Eso sí, el PP en general atribuye el fracaso del modelo a la gente, que es mala y que no participa porque no le importa nada. Son egoístas.

La gente más o menos de izquierdas, pensamos que es el modelo de participación ciudadana el que es absolutamente obsoleto y hace agua por todos sitios. Pondremos unos ejemplos para demostrar esto.

Para ello, debemos enfocar a la gente que es susceptible de colaborar por el bien común. No tendremos aquí en cuenta a los altos profesionales, políticos o funcionarios, ni a la gente interesada en obtener subvenciones, (ahora que no hay dinero, no creo que aparezcan), ni a la gente convencional o excesivamente aburguesada, porque esta gente no va a participar en ningún caso.

Deberemos enfrentar el reglamento de participación a la gente que es capaz de participar, gente  capaz de dar respuesta ante las cosas, interesada por el bien común y por mejorar la sociedad.

Bajo estas condiciones, si analizamos el RPC. veremos que es una ordenanza diseñada para mantener cualquier intento de participación ciudadana bajo control, a base de multitud de mecanismos legales (corsés) para impedir que la gente participe y que paso a enumerar:

– Restricciones de carácter temporal: ¿Por qué hay que esperar cuatro años para ser elegidos y poder participar? ¿Por que hay que esperar un mes a que se apruebe un acta de una comisión? Esto se carga cualquier espontaneidad y aburre a las ovejas.

– Restricciones formales: ¿Por que hay que someterse a la fiscalización del ayuntamiento, que obliga a ser considerado asociación de interés municipal? Esto sólo es un acumulo de papeles, plazos y gestiones que a la gente no le sirven para nada. Más de lo mismo. Una cosa es estar reconocido como asociación y otra este suplicio que sólo perjudica.

– Restricciones espaciales: ¿Por qué se nos permite hablar exclusivamente del distrito? Y si lo que me importa es la M-30? Esto acentúa el concepto de minoría de edad que se intenta inculcar en la ciudadanía y de manipulación y está totalmente fuera de lugar. Se entenderá que no se puede limitar así a la gente y que ésta no va a permitirlo.

– Restricciones temáticas: ¿Por qué me tengo que limitar al asfaltado o a las farolas? Resulta que a la gente le puede importar la privatización del Canal, pero de esto tampoco puede hablarse. De política, menos. Más de lo anterior.

– Restricciones de carácter humano: ¿Por qué tengo que competir con otras asociaciones para ganarlas y así poder participar? Esto es una rémora del capitalismo, que nos obliga a competir y a ganar a los otros, en unos tiempos en el que esto es lo que menos apetece. Somos todos iguales, tenemos todos las mismas necesidades y ya no se entiende la competición, ni siquiera las votaciones, sino la ayuda mutua y el consenso. El término UBUNTU, que hace ya más de 5 años ayudamos a poner de moda, hoy día cobra aún mayor vigencia, mientras que la competencia sólo habla de tiempos en que las subvenciones podrían justificarse como corrupción y golfería encubierta: El Ayuntamiento aporta unas migajas en dinero, para que la gente que podría ser molesta se pelee por ellas y esté entretenida.

¿Por qué tiene que haber dos clases de personas, los políticos y los civiles? ¿Por qué se imponen de forma permanente los presidentes y secretarios de cada comisión? ¿Es que la gente es incapaz de organizarse? Hasta la fecha, los políticos son mayoría frente a los no políticos o al menos, constituye un segundo grupo de personas más relevantes y con capacidad para vetar, decidir, etc, en los mismos órganos de participación. Esto que resulta absolutamente inaceptable, nos ha costado muchos años cambiarlo en la junta y a fecha de hoy, podemos decir que somos capaces de coexistir con los políticos en igualdad de condiciones. No obstante, si es un órgano de participación ciudadana, no debería permitirse la entrada de políticos, como tales. Ellos ya tiene su campo de actuación.

Y como colofón de todo esto y lo más importante:

¿Por qué tengo que estar asociado para poder participar? Las personas ya sufrimos del total anonimato que nos impone la democracia representativa.

– No se acepta el laicismo, ni el ateísmo: Puedes tener cualquier religión, pero sólo si alguien te representa.

– Puedes tener cualquiera de las ideas políticas que ofrecen los partidos, pero nunca las tuyas propias.

– Puedes hacer cosas, pero que haya alguien siempre por encima de ti, para ponerse las medallas y para tenerte controlado.

La democracia representativa a matado a la persona y ahora ésta se revela. Los herederos del hombre del renacimiento somos ahora personas del siglo XXI.

¿Por qué las propuestas al Consejo no son ejecutivas?: Si después de pasar por todo este cúmulo de humillaciones, se llegara a decidir algo molesto para el concejal, por ejemplo, cobrar el IBI a la iglesia y hacer con ello un parque infantil, el concejal podría directamente oponerse o incluso, como esto sería políticamente incorrecto, mandar las propuestas a distintas áreas para que las analizaran. (Esto ya pasó con una propuesta que elevamos sobre la plaza de Dalí).

Es decir, que después de invertir 3 o 4 años en trabajar con una asociación, presentarte al consejo, salir elegido y conseguir consensuar una propuesta, lo normal es que vaya a la basura, salvo que encaje con la ideología del gobierno (y para eso, que lo hagan ellos, así perjudican menos).

Ni hablar de la posibilidad de una Consulta popular. La prevista en el reglamento es sólo a discreción del alcalde y de hecho, lleva ya un año la gente en la calle, se hacen consultas populares  multitudinarias y nuestros protervos gobernantes, son incapaces de tenerlas en cuenta. Sobre todo si contradicen a los banqueros

Así que, vemos natural que la gente no participe. Lo anormal sería lo contrario y por mucho que se empeñen en convencernos, la gente no es gilipollas.

 * Juan Carlos García Dueñas es miembro de la Asociación de vecinos Goya-Dalí.

Comentarios

  • Juan Carlos tienes toda la razón y es evidente que los ciudadanos hasta ahora hemos estado aborregados y viviendo muy complacientes en nuestro ya perdido bienestar. Supongo que podemos cambiar y luchar por recuperar lo que nos han arrebatado y que tan fácil les ha resultado de momento a estos vividores que nos gobiernan. Ellos saben que dándonos entrada en el consejo queda cada vez más visible su incompetencia, falta de profesionalidad y nulo interés por el bien común por eso no lo van a permitir ni facilitar.

  • Isabel M. says:

    Creo que este texto es un punto de partida para mucho debate. Cuando intentas participar “dentro del sistema”, lo que tanto piden los que critican que se actúe “al margen”, te hacen la vida imposible y un desgaste tal que se te quitan las ganas, asegurándose su objetivo, que no haya cambios verdaderos jamás, y que no haya opción a la verdadera democracia, amparándose en las actuales normativas autoritarias que hay que cambiar de manera urgente. Esto no puede ser. Hay que denunciar este abuso e hipocresía, si es posible desde dentro, y si no desde fuera.

  • Somos muchos, cada vez más, los que pensamos que la participación ciudadana tiene que llegar a las instituciones. Si para eso hay que cambiar cosas, muchas cosas, pues adelante.
    El Reglamento de Participación Ciudadana es, como bien dice Juan Carlos, un corsé para la participación.
    Pero estoy convencida de que SÍ SE PUEDE.

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