Botella vuelve a dejar entrar con su coche a los minusválidos en el Retiro

Madrid,

S. Remón.- José Gonzalo, de 69 años y enfermo de polio desde los 18 meses, es hoy más feliz que a principios de año, cuando entró en vigor la prohibición del Ayuntamiento que le impedía acceder con su coche al Parque de El Retiro, como venía haciendo hasta entonces. Hasta el 31 de diciembre de 2011 le amparaba la legalidad vigente y estaba acreditado con la tarjeta correspondiente, pero a partir del 1 de enero de 2012, ni él ni el resto de minusválidos podría disfrutar de este permiso especial, que se otorgaba tras estudiar caso por caso.

Ahora, dos meses después de la exclusiva de Zonaretiro.com, el consistorio le ha entregado la tarjeta que venía utilizando para entrar al parque con su coche y ha habilitado otras seis plazas para que otros personas con la movilidad reducida, como José, puedan disfrutar de su particular ‘retiro’.

El caso de José Gonzalo saltó de la prensa local a la nacional y provocó la indignación de todos aquellos que no entendían el porqué de la prohición, al quedar demostrado que son más los coches del personal del parque y de los kioskos o de los diferentes eventos que allí tienen lugar, los que entran cada día al recinto, y que ellos podían seguir haciéndolo sin explicarse el motivo de esta desigualdad, cuya razón no se encontraba en la contaminación, como algunos pudieran pensar.

José regresa al Retiro

José, el protagonista de la denuncia de Zonaretiro, apenas puede caminar, ayudado por bastones. En los últimos años, desde 2003, accedía al Parque del Retiro con su coche por la entrada de Alfonso XII, recorría con su vehículo la cuesta de 200 metros que sube hasta la Plaza del Ángel Caído y aparcaba en la zona de viveros contigua para poder llegar, no sin esfuerzo, al banco que hay a diez metros. Allí se sentaba y disfrutaba del sol y de unos minutos de descanso y retiro.

Desde el 1 de enero de 2012 no pudo volver a hacerlo, como se lo hicieron saber cuando acudió a renovar la tarjeta anual que le permitía acceder al parque con su vehículo. No le dieron ninguna explicación. Ni un sólo motivo. “Y por la contaminación no puede ser. El día que más vehículos de minusválidos entraban eran unos seis o siete, pero como excepción”, se queja, extrañado. Y es que seis o siete es un número irrisorio comparado con la cantidad de vehículos de carga y descarga que acceden diariamente a los 13 quioscos de venta de bebidas y snacks, a la sala de fiestas y restaurante ‘La Florida’, a las obras de la futura biblioteca de la antigua Casa de Fieras, al Vivero de Estufas o a los diferentes eventos que tienen lugar en el Paseo de Coches, por no hablar de la cantidad de coches de los jardineros que circulan por el Retiro en jornada de mañana y de tarde, o de los agentes de la seguridad y el orden que vigilan el parque desde que amanece hasta bien entrada la noche.

La solución estaba -le dijeron- en aparcar justo al otro lado del parque y fuera del mismo. En la Avenida de Menéndez Pelayo, junto a la entrada de América (por la calle Menorca). Le dijeron que allí les habían reservado un espacio de aparcamiento para dos vehículos. Y allí se dirigió, sin encontrar espacio para su coche. Aunque, de haberlo encontrado, tampoco podría haber disfrutado de su descanso rutinario ya que, los diez metros que antes recorría con esfuerzo y dos bastones hasta el banco ahora sólo le llevaban hasta la puerta de acceso, cuyo banco más cercano está a 30 metros y desde que se escucha el ruido del tráfico de Menéndez Pelayo.

Puestos en contacto con el área de Dirección y Gestión del Parque del Retiro, a principios de enero informaron a Zonaretiro.com que el motivo por el cual desde el día 1 los discapacitados con movilidad reducida no podían acceder al parque con su vehículo, como podían hacer hasta la fecha mostrando la viñeta concedida por el Ayuntamiento de Madrid, era que “se han habilitado tres zonas de aparcamiento en la Avenida de Menéndez Pelayo”, aunque en la placa figura que son sólo 2. Insistiendo en la causa de la prohibición, explicaban que “el contistorio cree suficiente esta medida y por ello ya no se renuevan las viñetas. No podemos decir nada más. Son órdenes de arriba”.

José sólo ha sufrido durante dos meses y medio esta prohibición injustificada, y a partir de este mes de marzo, “contento” y “satisfecho”, ya podrá hacer lo que hasta la semana pasada podía hacer como cualquier otro madrileño: disfrutar de su parque, del Parque del Retiro.

Fotos: G.B. (Zonaretiro.com)

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