En Escuelas Aguirre llevan años aparcando ilegalmente en el patio

Madrid,

G. Bravo.- El personal del colegio público Escuelas Aguirre, sito en el número 4 de la calle Pío Baroja, lleva años utilizando parte del patio del colegio para aparcar sus vehículos particulares. Profesores y bedeles acceden al mismo por una rampa sin vado y cruzan una cancha de voleibol que actualmente se encuentra partida e inutilizable. Tras muchas protestas de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA), todo lo que han conseguido es la promesa de construir un aparcamiento por parte de la Administración y unas vallas de plástico por parte de la dirección del colegio. Mientras, los niños continúan jugando y haciendo deporte al lado de los coches; una zona prohibida en la que es inevitable que se cuelen balones. Los padres lo consideran insuficiente, y no llegar a compreder por qué los profesores siguen aparcando sus coches como si nada pasara.

Según el AMPA, el colegio no está dotado de aparcamiento, porque el que existe no cumple la altura necesaria y se utiliza de almacén. Por ello, desde hace más de una década -quién se acuerda- el personal del colegio comenzó a aparcar tácitamente en un extremo del patio, los alrededores de lo que hasta hace año y medio era la casa del bedel residente, una zona que les estaba prohibida a los niños. Tras el fallecimiento de éste, la caseta fue reconvertida en gimnasio, y la frontera entre la zona accesible para los niños y la del aparcamiento se difuminó.

Los padres tienen miedo a que ocurra una desgracia, pero además insisten en que “lo más indignante es que es ilegal”. Según el inspector del colegio Escuelas Aguirre, Ángel Lucas, “para aparcar debe hacer una autorización del Ayuntamiento y una placa de VADO”. Dos requisitos que Zonaretiro ha podido comprobar que no existen. Este diario intentó ponerse en contacto con la directora del centro, Consuelo Arroyo; pero la llamada fue denegada por su secretaria, asegurando que no iban a hacer declaraciones sobre el asunto.

Escuelas Aguirre cuenta con unos 450 alumnos, 300 de ellos escolarizados en primaria (de 3 a 12 años) y otros 150 en infantil (0-3). Dada la temprana edad de los niños, el AMPA recalca la inseguridad que genera un apacamiento en el que los niños entran frecuentemente a recuperar balones perdidos. “Mi hija me dijo que un día tuvo que meterse debajo de un coche para coger un balón. Gracias a Dios no pasó nada, pero si es coche hubiera estado recién aparcado podría haberse quemado con el tubo de escape”, confiesa Paula Torre, madre de dos niños escolarizados.

Ya hay antecedentes

El 22 de enero de este año, una maestra de 55 años del colegio Mukusuluba, en Barakaldo (Bizkaia), murió tras ser atropellada por una furgoneta en el patio del centro escolar, cuando la empresa distribuidora de la comida realizaba una maniobra de marcha atrás. “Hasta hace unos meses, los camiones entraban también en el patio para descargar -confiesa Torre-. Por suerte hemos conseguido que eso ya no lo hagan”.

“Nosotros tenemos la convicción de que la seguridad de las personas, y sobre todo de los menores, debe primar sobre cualquier otro aspecto de la vida cotidiana”, explica Rebeca Lasén, madre de otra niña escolarizada.

Hasta el pasado mes de mayo, momento en el que se instalaron las vallas de plástico, en el patio del colegio llegaban a aparcar hasta 17 coches. Tras las presiones, algunos profesores dejaron meter sus coches en el patio, y los que lo siguen haciendo, tienen un horario restringido para mover sus vehículos, quedando terminantemente prohibido entrar o salir durante las horas de recreo o de actividades extraescolares. A los miembros del AMPA estas medidas les siguen pareciendo insuficientes, y se mantendrán firmes en su deseo de liberar el patio de recreo de cualquier coche que no sea de juguete.

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