Por la dignidad del trabajador/a

Madrid,

A. Inurrieta.- Escribo esta columna en el día de la huelga general que se ha convocado en España el 29 de marzo. Escribo desde la indignación como ciudadano, pero también desde la esperanza de que algo pueda cambiar, no tanto por la huelga general, sino porque se está tensando la cuerda de una forma miserable.

El ciudadano/a, que engloba la figura de trabajador/a, madre, padre, hijo/a, pareja, mujer o marido, está asistiendo a la degradación progresiva de su dignidad, como persona, bajo el epígrafe de la competitividad o la presión de Bruselas. Los derechos adquiridos, que muchas veces no son económicos, sino simplemente humanos -como el derecho a una jornada laboral razonable y previsible, el derecho a cuidar de mis enfermos o de mí mismo sin la amenaza del despido, el reconocimiento personal y laboral de mi trabajo, o también un salario digno-, son elementos que demasiada gente da por superados.

Las amenazas o coacciones, la vejación e insulto a los empleados públicos o el desprecio a la figura de las fuerzas sindicales, son otras facetas de la pérdida y degradación del factor trabajo. Esto se está plasmando en la búsqueda permanente de convergencia con los mercados laborales cercanos a la esclavitud, como el modelo asiático, en el que las personas sólo deben tener un objetivo: producir sin parar, con salarios miserables. Si a esto unimos el progresivo recorte de prestaciones públicas, sanitarias o educativas, se observa un progresivo empobrecimiento de la humanidad, una inequidad permanente y un retroceso sin parangón.

No quiero acabar sin reconocer que derechos y obligaciones deben ir de la mano de cara a conseguir un mundo más habitable para nuestros hijos, y que aquellos que siempre ponen como eje fundamental el ser humano, no se escondan cuando retiren derechos y vejen a tantos trabajadores y trabajadoras.

*Alejandro Inurrieta es ex concejal del Ayuntamiento de Madrid y Presidente del Observatorio del Distrito de Salamanca

Ilustración: Patri Tezanos (Zonaretiro.com)

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